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Resoluciona: ¿Buscando soluciones de pistola o Resolucionar?


¿Buscando soluciones de pistola o Resolucionar?



En un escenario, las personas buscan y consideran que cuestiones como la felicidad es asunto de suerte y un poco de esfuerzo donde la gente que te rodea, tus padres, el entorno político, educativo, avances tecnológicos y científicos son la base.


Diríamos, todo esto que está afuera es lo que conlleva a un estado de felicidad o bien vivir en muchos momentos de felicidad.


En otro escenario, la felicidad es contacto con la propia alegría interior, deviene de mí, de lo que yo hago con mi propia circunstancia particular, algo más evolucionado donde la suerte con esfuerzo y la influencia de los demás pasa a un segundo plano. Ya que si estoy colocando mi atención en mis pensamientos-sensaciones, mis neurotransmisores, mi actividad electroquímica neurológica, estoy ejerciendo y educando mi mundo interior a partir del cual impacto hacia el mundo y la vida social. Esto es apostar por hacer-me consciente de la propia plasticidad cerebral que ya desde hace poco menos de 40 años ya hay fuerte evidencia científica de cómo podemos influir en nuestra producción de neurotransmisores para apaciguar o excitar estados de ánimo, de aumentar el espesor de la materia gris, de experimentar emociones eudaimónicas o de expansión de tipo contemplativo como la generosidad, admiración, gratitud.


En este segundo escenario, tenemos que la felicidad empieza desde ajustarse a uno mismo mediante la autoexploración física, mental, conductual, al grado de trascender como seres capaces de generar propia interpretación, propia decisión.


En el primer escenario se buscan soluciones en el devenir de afuera, de lo externo y uno es tremendamente dependiente, uno cultiva indirectamente la dependencia hacia el otro y lo otro, es viejo paradigma.


En el segundo escenario uno primero ajusta su cerebro, su cuerpo, su mente, se ordena a sí mismo a manera de un computador humano donde los programas y la estructura del hardware son manejados desde la intencionalidad, que a su vez depende del campo cuántico o de posibilidades desde donde todo lo material se despliega.


Desde mi bien ser genero mi bienestar, dice este nuevo paradigma, pero si lo de afuera es problemático la percepción flexible para no ser reactiva ante la violencia, el enfado, el apego adictivo, la organizo desde el mejor ángulo de mis posibilidades donde no permita que la producción de mis neurotransmisores sean a receta del otro o de lo externo, siendo así , llegan y le insultan y usted agradece que se acuerden de su mami, entonces en lugar de ser reactivo como el otro lo impone, usted está presentando una reacción pero no reactiva sino educada para aminorar el malestar y mantener un estado de mayor coherencia, el que más conviene al bienestar de su cuerpo celular y no a lo que el otro dicte.


Por cierto, eso de atrincherarse y aventar bala, como cierto político lo mencionó hace unos días impulsado desde una reacción pensante pobre, violenta, de mera sobrevivencia cognitiva (en el Caso de Ovidio) no tiene nada que ver con una postura de pacificación donde lo humano está por encima de intereses y no ser reactivos ante influencias que quieran provocar conflicto armado para desestabilizar y aprovechar la circunstancia desde una política de imposición, de guerra de ciertos personajes que manejan la política norteamericana en contubernio con personajes de la política mexicana que no abonan hacia la trascendencia de México, como lo plantea Alfredo Jalife.


Buscar soluciones, primer escenario, es cambiar de estrategia, pero no de paradigma, es creer que la estrategia está por encima de la ética y por eso acciones como burlarse de otros puede considerarse un estado de felicidad momentáneo, pero es una forma de desviar culpa, miedo, ansiedad y que si uno profundiza verá, reconocerá y se liberará de ese malestar que oculta.


En cambio, Resolucionar es ajustarse, ordenarse uno mismo para desde allí ofrecer el mejor contacto con las situaciones y relaciones. Si uno sabe sentirse radiante en felicidad, en alegría, esto es posible desplegarlo, conscientemente, a situaciones concretas como cuando hacemos una caricia a alguien que está triste, para reconfortarle. De tal manera que las acciones externas pueden favorecer un momento de felicidad o no pero siempre estar alerta a que es uno quien da valor a eso externo.


Una persona educada en sus emociones, en su manejo de conciencia, cerebro, cuerpo y mente es garantía de provocar en lo externo la manifestación de emociones radiantes, expansivas, de alto grado de felicidad (ver investigaciones de Richard Davison)


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