Ágora: ¿En serio se va Romero Deschamps?

¿En serio se va Romero Deschamps?

Romero Deschamps fuera del sindicato petrolero... Algo que debiera celebrarse, pero que deja más dudas, que certezas y razones para el optimismo: que se vaya es apenas la mitad de lo que realmente debería ocurrir, también se le debe procesar judicialmente. El daño hecho por este señor y todos sus compinches, es tan grande, que ni regresando todo lo robado se resarce. No es sólo que se vaya, es cómo y en qué condiciones se va, si cabe pensar que se puede poner condiciones cuando se ha vivido a cuerpo de rey con cargo al erario, y encima se ha despachado con la cuchara grande cuanto ha querido, como si de su propio patrimonio se tratara.

Porque si me dicen que se irá, como quien se va a casa después de jubilarse, con todo y ramo de flores, comida de despedida y hasta con su guardadito o regalo a cargo del personal que lo acompañó por décadas, más que a Estado de Derecho, su salida tendrá tintes de compensación y o retiro con todo y su consabida cuota de impunidad de por medio. Insisto, me da gusto que vaya, pero esto es apenas la mitad, espero que en adelante se tomen todas las cartas en el asunto, como realmente corresponde, y que no quede todo en un circo mediático con tintes burlescos, donde de inicio se levanta mucha pólvora, sólo para terminar descubriendo más temprano que tarde, como pasado un tiempo todo vuelve a lo ya conocido.

Antes bien, cabría esperar que se vaya realmente en serio, como lo que es, una rata bien hecha y derecha, directo a la cárcel, sin opción alguna de libertad, y no nomás de dientes para afuera, vamos, que no ocurra lo que con la Quina en su momento, que después de ir un rato al tambo, le aplicaron el consabido “usted disculpe, ya se puede ir a su casa”, sin que jamás de los jamases tocaran a sus más allegados, al punto de que todavía hoy, tres décadas después de ser apresado y obligado a dimitir de su liderazgo sindical charro, persisten en la nómina de PEMEX numerosos empleados que están ahí por deberle algún que otro favor al susodicho líder.

¿O qué, apoco se va Romero Deschamps, pero dejando en la paraestatal a todos sus protegidos en la nómina y hasta quedando el mismo como contratista privado de la paraestatal a la que saqueo durante décadas, como de hecho ha sucedido ya recientemente con tantos otros ex funcionarios cuando se van, que terminan dando servicios privados a las empresas públicas para las cuales trabajaron, quesque de asesores o prestadores de servicios, cobrando por lo que en otro tiempo ya se les pagaba sin que nunca hubieran cumplido realmente con sus responsabilidades?

Insisto, hacer que se vaya Romero Deschamps de PEMEX, es apenas la mitad del camino, una mitad eso sí, muy importante, que para ser honesto más de uno en este país esperaba con ansias desde el propio inicio del actual gobierno, esperemos pues que no quede la cosa ahí, y que al menos en este caso las cosas vayan realmente en serio, porque es un hecho de que aun si se lo pretendiera, será humanamente imposible apresar a todos los que han abusado del erario, pero si al menos se da caza a una decena de altos perfiles como una muestra de la real voluntad del gobierno por hacer efectivo lo que hasta ahora ha sido más un recurso discursivo, que una realidad, entonces si que tendremos motivos para sentirnos optimistas.

Lo digo así porque es muy necesario decirle a quienes defienden al actual gobierno sin mayor reparo de todas sus contradicciones, que aunque es un hecho que la gran mayoría del país estará de acuerdo en que los resultados obtenidos por los gobiernos que precedieron al actual, dejaron mucho que desear. No menos cierto es lo molesto de pensar que una parte muy importante de la actual administración federal, esté integrada en sus posiciones más visibles de primer nivel, por todo tipo de personas que en otro tiempo encarnaron lo que tanto se ha criticado a las pasadas administraciones.

Los tiempos podrán haber cambiado y también desde luego las personas, pero en términos de lo estrictamente legal, en cuestión de lo que atañe a lo institucional y a la capacidad del propio sistema político para resolver los abusos presentes y o pasados de quienes han estado a su cargo, es un hecho que si el mismo rasero de exigencias que hoy pesan en la opinión pública, sobre personajes como Romero Deschamps, se aplicaran a todos los que en el pasado cometieron acciones idénticas, tendríamos también que buscar la renuncia inmediata de personajes como Manuel Bartlett por ejemplo.

Personaje al que desde luego nadie le va a solicitar semejante acción, porque cual político del viejo régimen que es, el tipo tuvo el atino de acercarse al hoy Presidente, cuanto más necesario lo consideró, para que igual que han hecho otros de sus más acérrimos detractores, ejemplo Diego Fernández de Cevallos, el actual gobierno no sólo no tocara sus intereses, sino que encima se encargara de protegerlos como si de la niña de sus ojos se tratara.

Y que conste que aunque no sea necesario decirlo como tal, todo esto lo señalo reconociéndome entre quienes votaron por el actual Ejecutivo, porque no se puede defender aquello por lo que se votó, avalando acríticamente todo lo que el gobierno hace. Aportamos más contribuyendo a señalar lo que se puede mejorar, que negándonos a reconocer los excesos y o contradicciones. Lo que este gobierno o cualquier otro pueden necesitar de una sociedad, es su juicio, su crítica y sentido común, porque sólo a través de ello es que podremos contribuir a que las cosas por las que se ha luchado se lleven a efecto.