Ágora: ¿Más renuncias en el gabinete presidencial?
- Emanuel del Toro

- 15 jul 2019
- 3 Min. de lectura

¿Más renuncias en el gabinete presidencial?
Vamos a ser sinceros, la idea de que todos los funcionarios públicos que han renunciado en el actual gabinete, –van al menos 19 renuncias en sólo 7 meses, 6 de las cuales corresponden a funcionarios de primer nivel–, corresponden en su totalidad a personas que estuvieran deseando un mal al país, o peor aún, renuentes a la ejecución de un cambio que saque a flote lo mejor de México –esta semana de hecho, tocó el caso del titular de la Secretaría de Hacienda–, no nos hace ningún favor, porque se supone; primero, que se trata en su mayoría de expertos en sus respectivas áreas; y segundo, que llegaron al gabinete después de un concienzudo proceso de selección, donde su idoneidad estaba más que probada por el propio Presidente.
Algunos han sido dados de baja, (en el caso de algunos mandos medios y o encargados de despacho), porque formaron parte de anteriores gobiernos, ya estaban ahí cuando el actual Ejecutivo Federal llegó –atajan los defensores más recalcitrantes del actual gobierno, creyendo que con ello le hacen un favor, o porque piensan que de ese modo defienden lo que votaron en julio del año pasado. Y me pregunto: ¿no se supone que hubo previo al inicio de la actual administración una revisión exhaustiva de quiénes habrían de conformar los cuadros más importantes del gobierno?
Por otra parte, la idea de que al tema se le está dando más importancia de lo debido, (con miras a desestabilizar al gobierno), tampoco resiste examen, porque los medios de comunicación no están en manos de la oposición, por el contrario, en términos generales la gran mayoría ha hecho (por obvias razones de conveniencia), exactamente lo que toda la vida, plegarse al gobierno en turno para sacar provecho de su cercanía con el poder, mas no deja de haber voces que señalan su preocupación por la alta cantidad de funcionarios que han renunciado y han sido removidos, y es grave, porque esas voces son en su gran mayoría académicos y o expertos en políticas públicas, totalmente ajenos a los ires y veníres del poder, y cuya opinión pública discordante al gobierno, bien podría costarle su trabajo si la misma llegara a tener resonancia mediática.
La cosa es que lo que está sucediendo no tiene ningún referente previo en toda nuestra historia, ni lo tiene en términos del tiempo (7 meses), ni lo tiene en términos de magnitud (19 renuncias); para terminar pronto, ni en tiempos de guerra se vio algo parecido –y vaya si tuvimos guerras para aventar a lo largo de toda nuestra historia nacional–, de ahí que ni la propia oposición no ha reparado en la seriedad de las repercusiones que esto puede llegar a tener.
Si las renuncias preocupan, es porque ponen en evidencia la falta de consistencia en la orientación de las entidades públicas, luego entonces la cosa más allá de lo anecdótico o estadístico, debiera servir para preguntarnos qué es lo que realmente se persigue, porque para decirlo claro, no son pocos los que llevan un tiempo sugiriendo que hay señales de que la actual administración estuviera buscando restablecer por la excesiva concentración del poder modos de tomar decisiones que muy poco tienen que ver los límites institucionales de una democracia, es cierto, quizá sea todavía muy pronto para decir si esta presunción aparentemente muy fatalista se cumple, mas una cosa es inobjetable, la sola idea de que hayan dado tantas renuncias en el inicio mismo de una administración es por demás preocupante porque pone de manifiesto la tensión que existe al interior del actual gobierno federal.















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