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Resoluciona: Hacia un nuevo paradigma


Hacia un nuevo Paradigma.


En el inconsciente colectivo de nuestra ciudadanía se tiene muy penetrado el concepto, el impulso a partir de resolver situaciones huyendo o atacando lo que arraiga en la conciencia que se limita a la experiencia del choque.


Por el contrario, no se tiene un programa mental que desde el inconsciente impulse la integración de los polos, de las oposiciones, por lo que el desarrollo tanto individual como social lo experimentamos más en la tendencia hacia oponer para contrarrestar percibiendo al otro como el causante de nuestro malestar.


Tenemos así un paradigma, un cinturón desde donde la lucha hacia el exterior y contra el otro es lo que marca el desarrollo de una sociedad, por ejemplo una industria de la medicina que te bombardea con fragmentarte en múltiples y diversas necesidades para la compra de medicamentos y servicios médicos, por algo la ONU reconoce a nuestra actualidad como el conjunto de sociedades más enfermas, con más padecimientos donde la carrera es, inclusive provocar trastornos de salud para luego sacar a la venta la inyección milagrosa avalada medicamente. Y lo paradójico que nuestra sociedad actual cree tener en su paradigma la respuesta más coherente a las necesidades humanas, tanto básicas como de trascendencia y vemos que la realidad social te refleja lo contrario.


Veamos este comparativo entre el gobierno y el desarrollo individual:


Querer cambiar a profundidad para insertarnos socialmente con comportamientos más convivenciales y menos de choque y huida es lo que se busca en una terapia que se preste efectiva y trascendente, igualmente un gobierno que primero piensa en “limpiar su propia caca” es una tendencia desde un paradigma no punitivo que pocas veces se ve y la guerra inicia, como en las iniciaciones de culturas de la antigüedad dentro de uno mismo, limpiando la propia porquería, para que el cambio, o la respuesta no sea a base de parches, de fragmentar e ir tapando, sino desde una perspectiva holística donde se ataque la causa profunda que a su vez se dispersa en una diversidad de necesidades pero que en su base más profunda está, como en nuestro caso mexicano, la corrupción (de arriba, de los de abajo, en la policía, en las escuelas, en sindicatos, etc.) es un modo de vivir ejemplificado e irradiado desde una cúpula de poder, desde el ápice de la pirámide.


Lo mismo sucede en el orden individual donde al sujeto le cuesta cambiar a partir de reorganizar su propio sistema; regular su sentir emocional, el manejo del vaivén de pensamientos que siempre los creemos mágicos en el sentido peyorativo de esta palabra pues terminamos con la justificación de que “así es uno, es lo normal, así me hizo dios o me hizo la sociedad”.


Si vemos las preguntas que suelen hacer en la conferencia matutina del actual presidente, son preguntas que parten, prácticamente todas desde el anterior paradigma, común y renormalizado donde el choque, la oposición no dialéctica, el abandono son la manera de hacer política periodística y aquellos que ven con buenos ojos la propuesta tan radicalmente de mirar a la actuación política y el compromiso ciudadano como un acto de diálogo auténtico y de saber escuchar lo diferente y aprovecharlo, finalmente están chocando al transmitir rechazo a la vieja guardia, es como aquello de porque estuve abajo fui pisoteado y ahora que estoy arriba “nosotros los buenos” pisamos a los demás para descargar nuestra violencia, rencor y eso es solo un cambio de estafeta, no una transformación que requiere el ir armando este nuevo paradigma de posibilidades que de alguna manera propone el nuevo gobierno, y que bueno, donde la palabra, la interacción, el ejemplo, la tenacidad, la no violencia, el no ser metiche en lo problemas de otros países son la carta con que admirablemente se presenta esta posibilidad que rebasa por mucho al “entendimiento re-normalizado para funcionar mediante choque y huida, en otras palabras se propone anhelar y no ansiedad para lograr salir adelante, no atraparnos en señalar culpables y seguir sembrando encono emocional-energético-que tarde o temprano se cosifica.


El odio y rencor ya sea de arriba o de abajo demerita toda actuación humana de la manera más abominable y solo engrana una posibilidad de un nuevo encadenamiento de repulsión y violencia estableciendo un círculo vicioso por no saber trabajar integrando polos, ya sea individualmente, tarea de cada ser humano o socialmente, tarea del gobierno y sus mecanismos, así como agrupaciones representativas en diversas actividades de desarrollo.

Atención terapéutica y desarrollo del potencial humano al 3121948753






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