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Resoluciona



Perderse en el personaje


Los sistemas externos en que conformamos nuestra persona están basados en la fragmentación donde nuestra individualidad la circunscribimos a un mero mecanismo de sobrevivencia de huir y/o atacar ante una problemática social. También a la creencia de que somos el cuerpo y de que estamos para competir e imponer porque si no nos aplastan. Es la idea altamente reactiva y cultural de “o te jodo o me jodes”. Su más alta exageración la narco cultura, corrupción y desigualdad extrema.


El personaje o ego


En este sustrato se organiza el personaje de uno mismo, es decir, nuestro ego. Donde una serie de encadenamientos de pensamientos, sensaciones y sentimientos nos organizan un complejo identitario que viene a ser nuestro rasgo caracterológico que sustenta nuestra personalidad. Así, el personaje o ego se amarra a un referente identitario y desarrollamos una habitual manera de vivir y reaccionar, de socializar, somos el otro cultural y nos limitamos a solo imitar y trazar un horizonte muy estrecho donde nos dicen lo que sí y lo que no. Nos quedamos en este nivel imitativo de la evolución y no trascendemos.


El observador o campo


Observar sin enjuiciamiento calificativo, sin diferenciar y polarizar bautizando de bueno y malo es otra manera de percibir y desplegarnos en la realidad social. Es una percepción más radiante, como un foco de luz que alumbra en todas direcciones, sin prescribirse de manera lineal y señalizadora como si lo hace el ego o personaje. La serenidad, certeza y alegría animan este orden de percepción radiante y en toda profundidad de cualquier organización desde la cuántica hasta la relatividad se animan por estructuras en armonía o sanas.


Desde donde percibimos y afectamos la realidad social, así operamos


Mientras que no aprendamos a dirigir nuestra existencia y eso solo es factible desde el campo o uno como observador, el personaje por su adicción a fijarse en una forma específica y desdeñar otras formas opuestas, no podrá encontrar una propuesta y práctica de la vida convivencial y altamente placentera orientada a sentir cómo más allá de la diferencia está siempre un orden de serenidad, certeza y alegría que permite ver y afectar la realidad social desde una perspectiva más contemplativa, comprensiva, integrada y por lo tanto que no se polariza hasta el colapso altamente violento y temeroso de una cultura impositiva basada en el mando de la percepción del personaje, en vez del mando del Observador.


Ejemplos de orientarnos desde el personaje y otras desde el observador


Si seguimos dejando lo habitual de ser desde el personaje o ego alimentamos caos, violencia, mera sobrevivencia. Si alimentamos dirigirnos desde el observador al mando de uno mismo, regulando al mismo ego o personaje, tendremos externamente manifestaciones en equilibrio y prosperidad.


Percibir desde la dictadura de nuestro personaje o ego se ama a la esposa y en el divorcio se le odia, pero, desde el Observador siempre se cultivó un amor que rebasa el mero enamoramiento y si se separan siempre habrá una carga de amor donde se quiere lo mejor para la mujer o el hombre que uno deja como pareja, que el apoyo y la atención estarán para que el otro, por separado, realice sus expectativas, esto es Observador. Ya que no enjuicia y se entiende que perdonar al otro es perdonarse, liberarse y no atascarse en los formatos sociales y moralizantes. Un amor con pasión, calidez y brillo trasciende el formato de lo que te dicen para qué es la unión de parejas. Así eliminamos el conflicto.


El personaje sufre si no gana, El observador disfruta la experiencia y mueve al ego para que no se fije en atizarle a la herida, solo reconocer lo que hay y proseguir a una nueva experiencia.


El personaje se queja, critica al otro, a la suerte, a dios, a sus padres, a su situación por lo que le pasa. El Observador comprende y asume su poder para ir más allá de lo habitual.


El personaje dice “es que así soy” El observador percibe cómo pensamientos y sensaciones le llevan a una manera de creer pero si los reconoce y dirige su atención para serenarse, entonces sabiamente, es decir-reconociéndose sabe que está en él la posibilidad de controlar pensamientos, sentimientos y acciones. Esta es la acción del sabio, no del mero intelecto.


*Atención terapéutica, desarrollo personal, cursos, conferencias y talleres comunicarse (Aprende a meditar base neurocientífica, iniciática y práctica) al 312 194 8753

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