UAG impulsa la prevención y detección de adicciones en jóvenes
- Redacción
- 23 ago
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* Las adicciones se presentan de diversas maneras en estudiantes y afectan su desempeño escolar, social y personal.
Los maestros son agentes clave en la detección de posibles adicciones en jóvenes, esto por su cercanía y trato con estudiantes, y deben estar preparados para detectarlas y acompañarlos a través de una actitud de acercamiento y empatía.
Esto se dio a conocer durante el II Congreso de Docentes del Sistema Educativo UAG Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG), el Lic. Luis Gárate Moreno y la Lic. Amelia Camarena Torres, que se desempeñan como orientadores educativos, del Departamento de Acompañamiento Estudiantil, y que participan en proyectos de sensibilización, detección temprana y atención de problemáticas psicosociales en el ámbito escolar.
El psicólogo compartió que una adicción es una condición crónica y recurrente en el cerebro. Se basa en la búsqueda del alivio, por medio del placer, a través del consumo de sustancias u otras conductas similares.
“No se trata solo de sustancias, también de conductas. El consumo en adolescentes suele iniciar por curiosidad, presión social o evasión emocional”, dijo.
Hoy las adicciones ya no se presentan únicamente en el abuso del alcohol, drogas o tabaco, también se han registrado en el consumo de contenidos de internet, alimentos, celular, videojuegos y otros.
"No es una sola causa, es la acumulación de varios factores lo que aumenta la vulnerabilidad”, compartió la psicóloga.
Los factores de riesgo que pueden llevar a un joven a las adicciones, las enumeraron los psicólogos del siguiente modo:
Familiares:
Falta de supervisión.
Ambientes con consumo.
Violencia o negligencia.
Sociales:
Aislamiento.
Cambio de grupo de amigos.
Presión social.
Escolares:
Bajo rendimiento.
Desmotivación.
Problemas de conducta no atendidos.
Personales:
Baja autoestima.
Dificultad para regular emociones.
Necesidad de pertenencia.
Señales de alerta
Los psicólogos mostraron un semáforo vertical con luces roja, amarilla y verde encendidas, correspondiendo a señales de alerta a tomar cuenta para decidir si un maestro debe intervenir si un joven sufre de adicciones:
Alta urgencia: rojo.
Ojos enrojecidos, pupilas dilatadas o contraídas.
Síntomas de abstinencia (varios síntomas físicos a la vez).
Alta impulsividad y conducta agresiva.
Lesiones en el cuerpo (pies, brazos, nariz, boca, etc.)
Urgencia considerable: amarillo.
Deterioro en la higiene y apariencia personal.
Insomnio o somnolencia excesiva.
Movimientos inquietos o temblores.
Dificultad para coordinar movimientos o hablar con claridad.
Disminución del rendimiento académico y asistencias.
Cambios considerables en el peso.
Baja urgencia: verde.
Dificultad para concentrarse.
Ansiedad frecuente.
Cambios en la energía (hiperactividad o fatiga).
Sudoración excesiva.
Falta de motivación e interés.
Acercarse sin prejuicios
Ante cualquiera de estos niveles, el maestro debe tomar un papel activo en la situación en lo que los psicólogos denominaron “El rol del docente” y recomendaron:
Observa sin etiquetar ni acusar.
No confrontes ni amenaces.
Acércate, con empatía e interés.
Documenta con discreción.
Deriva al orientador psicopedagógico e informa al director.
Los psicólogos recordaron a los profesores que asistieron al congreso que los adolescentes toman decisiones basadas en sus impulsos y sentimientos, no en reflexión, por lo que recomendaron tratar cada situación de manera empática.

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