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Al Robot: Las redes que nos unen

Por Edgar Tercero.

Las redes que nos unen


Las redes sociales llevan más de dos décadas en nuestras vidas. Nacieron para comunicar estudiantes, tal vez un juego, pero ahora son un medio para estar en contacto, organizar reuniones, compartir nuestro día a día.


Nos mantienen comunicados en el trabajo, se puede dar seguimiento a los proyectos, organizar sesiones grupales, compartir archivos, levantar incidentes. Se han vuelto medios de trabajo populares a través de los cuales llegamos a clientes y colaboradores, pero ¿Qué pasaría si una tormenta solar apareciera y derrumbarán nuestro mundo digital?


Tormenta Solar


El sol ocasionalmente libera energía reprimida en forma de una ráfaga de plasma llamada eyección de masa coronal (EMC) o llamarada solar. Las EMC pueden cambiar drásticamente el campo magnético de la Tierra, lo que puede causar que las redes eléctricas fallen cuando el equipo se ve afectado o destruido.


Si esto sucediera hoy, el desastre dejaría fuera de servicio las centrales eléctricas, las líneas de transmisión y las subestaciones de regiones o ciudades enteras. Grandes sectores de la población mundial podrían quedarse sin electricidad durante semanas seguidas, lo que provocaría crisis de salud, escasez de alimentos y efectos económicos devastadores.


La mejor manera de prevenir los efectos desastrosos de las tormentas solares es predecirlas con anticipación. El Observatorio Climático del Espacio Profundo proporciona datos cruciales sobre el momento y la velocidad de las ráfagas solares, e incluso se están desarrollando mejores sistemas de alerta. Con la advertencia adecuada, los sistemas de energía podrían apagarse de manera segura para reducir o eliminar el riesgo de sobrecarga.


Dentro de las amenazas posibles con las que lidiamos actualmente, esta podría ser una de las más estudiadas pero que no evita un alto impacto si llegará a materializarse, sobre todo a hora que hemos aprendido a vivir digitalizados.



Muchas de las redes sociales que conocemos en la actualidad se conocen “gratuitas”, hacen gran honor al refrán “si no pagas por ellas, tú eres el producto”. Sin embargo, existen servicios de streaming, que incorporan comunicación social, además de vendernos una aplicación, que a su vez recolecta información de nosotros, convirtiéndonos así en un producto.


Uno de los mayores cambios que se están produciendo en el dominio de las redes sociales en línea es la forma en que pagamos por ellas. A primera vista, la actividad de las redes sociales es gratuita. Sin embargo, la mayoría de nosotros somos lo suficientemente inteligentes como para saber que en realidad nunca existe algo verdaderamente gratis. Pagamos por estos servicios con los datos que generamos a medida que los usamos.


Estos pueden ser datos que ingresamos directamente cuando configuramos un perfil y completamos nuestra fecha de nacimiento o hacemos clic en "Me gusta" a nuestros artistas favoritos, programas de televisión, deportes o negocios de marcas de los que somos fanáticos. O pueden ser datos que se deducen indirectamente de nuestras acciones: con qué frecuencia enviamos mensajes a las personas, a qué hora del día o de la noche estamos activos en el sitio o cuántos otros usuarios interactúan con las publicaciones que compartimos. Aunque no se conoce la cifra exacta, algunas estimaciones dicen que Facebook tiene, en promedio, medio gigabyte de datos de cada uno de sus casi dos mil millones de usuarios activos. Todos estos datos se venden inevitablemente a las empresas, aunque generalmente de forma anónima, que los usan para mostrarnos productos que creen que podríamos querer comprar.


Las propinas son otra forma de monetización que se está volviendo cada vez más popular con los servicios sociales, lo que permite a los usuarios apoyar a los creadores y los servicios a través de pequeñas donaciones únicas en lugar de cuotas mensuales. Se que muchos no conocen estos servicios, pero existe un gran número de creadores de contenido, no necesariamente valiosos, que venden su imagen para obtener estas propinas.


Si tenemos niños o jóvenes en casa, es importante tomar nota a estos contenidos, porque pueden estar determinando decisiones futuras sobre carrera, preferencias o inclusive ideologías que, al ser en un ambiente personal, a veces no es comprendido o analizado por los padres sin prestarle un verdadero interés. Es aquí donde padres y profesores deben volverse guías, sin imponer las preferencias, pero enseñando las opciones que existen para abrir el mundo y no cerrarlos a una única forma de pensamiento.


Por ejemplo, veamos el caso de TikTok que limita aún más a los usuarios al momento de tomar una decisión, quitando los "me gusta", tomando decisiones sobre qué contenido es popular. Sus algoritmos simplemente aseguran que el contenido que se ve con más frecuencia aparezca en las recomendaciones de más personas. Esto significa que los usuarios no tienen que confiar en el contenido de "me gusta y compartir" de su propia red para publicarlo. También permite a los usuarios crear su propia audiencia más rápidamente saltando a las tendencias, lo que aumenta la probabilidad de que sus videos se vuelvan virales fuera de su propio grupo de seguidores.


Facilita la distribución de contenidos virales, facilita la vida a los influenciadores de redes sociales, marcas, productos o personas famosas. Y a cambio recaban datos sensibles como ubicaciones, dispositivos que utilizamos y cuándo los utilizamos.


Podríamos resumir que las redes sociales actualmente son más plataformas que influencian a los usuarios, transformando su forma de pensar, lo que provoca actuar de una u otra manera según convenga. Aunque por otro lado permite explotar la creatividad de los individuos, abriendo el panorama para todo tipo de gustos, pero hay que saber hasta donde llegar utilizando algo tan humano como lo es la Ética.


“Si no te cuesta, probablemente tú eres el producto”






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