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Al Robot: ¿Cuándo fue la última vez que apagaste tu celular o Tablet?

Por: Edgar Tercero

¿Cuándo fue la última vez que apagaste tu celular o Tablet?


Estamos acostumbrándonos a tener estos dispositivos encendidos todo el tiempo, si acaso los reiniciamos de vez en cuando, sin embargo, estos dispositivos quedan activos día y noche. Enviando notificaciones todo el tiempo.


Poco a poco está formando parte de nuestros hábitos, el irnos a dormir con estos dispositivos encendidos. Ya no imaginamos un tiempo sin ellos apagados, es parte de la rutina, y lo damos por hecho.


Con el tiempo se han ido sumando televisores que solo pasan a standby, asistentes como Alexa de Amazon o el asistente de Google. Los cuales se quedan encendidos todo el tiempo, y están escuchando a todas horas. Muchos usuarios se sorprenden cuando estos dispositivos se activan sin razón aparente, en ocasiones se deben a algunos problemas de software, pero en otros casos se debe a que todo el tiempo están escuchando, guardando información, aprendiendo para utilizarlo de alguna forma en el futuro. No es tanto que el dispositivo tenga mente propia, fue programado de tal forma que esa es su función.


De hecho, hay marcas de televisores a los que se les puede dar comandos de voz, inclusive ser compatibles con estos asistentes arriba mencionados, pero para poder acceder a estas opciones que ofrecen nuestros dispositivos requieren del consentimiento por parte de nosotros.


Vivimos en un mundo altamente conectado, pero nos encontramos solos, solos frente a nuestros dispositivos, riéndonos cuando un dispositivo electrónico nos contesta, un dispositivo programado con algoritmos preestablecidos que crean una conexión con el usuario, pero que no tienen nada de inteligentes.


Las empresas utilizan estos dispositivos para conocer más sobre su mercado por eso ofrecen opciones gratuitas, como las teles “inteligentes” que ofrecen canales gratuitos a cambio de que aceptes un contrato donde ellos pueden ocupar la información que recolectan de nuestras interacciones, ya sean selecciones que hagamos, cosas que digamos o veamos.



Y no solo las teles, las aplicaciones gratuitas, los correos electrónicos, así como los diferentes canales y sitios web. Hoy en día ya no es necesario contar con acceso a un correo o alguna cuenta que nos haga miembros de un sitio web o canal, basta con utilizar un navegador tradicional para que sean capaces de reconocer nuestros patrones de selección.


¿En qué momento aceptamos en nuestras vidas dispositivos que nunca se apaguen? La televisión se apagaba, la radio, el walkman, diskman, las consolas de videojuegos. Por una razón apagamos la luz cuando nos vamos a dormir, sin embargo, hay una luz que siempre esta encendida en nuestras recámaras, es la luz de los celulares y tablets.


Nuestro cerebro no tiene descanso y se encuentra activo en todo momento. Hay ataques de ansiedad cuando vemos que la batería del celular está a punto de terminarse, siempre atentos a que nos llegue alguna notificación, por insignificante que sea. Nuestras reuniones a la hora de comer se han vuelto contestaciones cortas de esta bien, no, si, mañana lo vemos, al rato lo checo.


Los jóvenes se sienten superiores cuando hablan de algún sitio web, noticia o aplicación que los papás no conocen. Sin embargo, ellos solo repiten lo que escuchan y se creen super inteligentes, según ellos rebeldes por saber un concepto minúsculo de lo que realmente representa.


El mundo de hoy en donde todo se encuentra disponible ha vuelto holgazanes a nuestros jóvenes, quienes se conforman con leer breves párrafos para tomar decisiones, esto los deja con una porción de la verdad, provocando varios huecos de información, que son transmitidos a otros convirtiéndose en el tan famoso juego de teléfono descompuesto de nuestra niñez.


Ya no son capaces de indagar más, lo quieren todo al instante, porque por alguna razón ya no tienen tiempo para nada, siempre andan de prisa, siempre tienen que hacer algo que es más importante que platicar con los papás. Y no es solo para los jóvenes, profesionistas hoy en día se encuentran ocupados todo el tiempo, no son capaces de retener en memoria lo que se ha platicado durante una reunión, requieren horas y horas desperdiciadas sin saber delegar responsabilidades, no son capaces de resumir y tomar acciones. Porque están físicamente en esas reuniones, pero su mente está pensando en todas las actividades que tienen que realizar.


Las mentes actualmente están pensando en lo que sigue después de esto, y lo que seguirá al terminar lo anterior. Hacen uso de enunciados como “Yo soy multitasking, puedo hacer varias cosas al mismo tiempo”, y es cierto pueden hacer varias actividades, pero ¿Cuántas de esas actividades terminan o finalizan bien? Esto provoca que se llenen de actividades, llegan las 11 de la noche y continúan trabajando, porque no han podido terminar una actividad cuando ya alguien llego a solicitarles algo más, o para distraerse se ponen a revisar sus redes sociales en el celular. Se pasan horas contestando whatsapp y correos “importantes”, así como desperdiciar horas valiosas en juntas, limitando así el trabajo real en actividades que les ayudará en el avance de sus proyectos.


Las mamás ejecutivas son las que más me sorprenden, porque las tienen hacer desayuno, comida, cena, bañar a los niños, ayudarles en la escuela, acostarlos, limitando su tiempo para el trabajo en las noches o madrugadas.



Cuando nos llenamos de tareas, acumulamos estrés, así como limitamos las capacidades para resolver problemas, el cerebro buscará la forma más práctica de ahorrar energía, por lo tanto, provoca la procrastinación, porque es más de lo que puede lidiar en un tiempo determinado, desviando nuestra atención para no colapsar. Caso contrario cuando somos capaces de empezar una actividad y terminarla, nuestro cerebro siente que puede manejar las cosas, sin embargo, he aquí la diferencia de enfocarse en realizar una cosa a la vez, esto nos llevará a lograr tareas complejas con facilidad.


Estamos llegando al punto donde todo lo electrónico se encuentre encendido de por vida, los dispositivos se conectan entre si desde casa, podemos dar órdenes para preparar café, hacer pedidos a la tienda, encender o apagar luces utilizando nuestra voz. Pero para que esto suceda significa que nuestros dispositivos deben encontrarse encendidos todo el tiempo, si bien utilizan ahorro de energía, siempre se activarán al recibir el comando requerido para realizar sus funciones.


Lo anterior supone un adelanto tecnológico increíble, el internet de las cosas ha venido a revolucionarlo todo, nos facilita las cosas, pero ¿Cuál es el precio que estamos pagando? Buscamos lo que haga nuestra vida más fácil, dando nuestra libertad con mucha facilidad. No me mal interpreten, esto es algo increíble, me emociona, pero como todo debemos asumir nuestra responsabilidad, y entender lo que está pasando para sacarle el mejor provecho. Dejar de sentirnos importantes porque conocemos un poquito más que los demás, compartir nuestros conocimientos, así como nuestras experiencias para tomar ventaja y mejorar en todas las áreas humanas.


A veces creemos que cuando tenemos un título universitario tenemos el control para hacer lo que queramos en el mundo, cuando en mi experiencia ese fue solo el primer paso para entender cuál era el camino que deseaba seguir a futuro, siempre aprendiendo nuevas cosas, aprender a utilizar las herramientas con las que cuento para mejorar no solo en el área profesional, sino en los aspectos personales, habilidades blandas e interacción con los demás. Creo que compartir el conocimiento es algo extraordinario, porque es posible que alguien más pueda generar ideas nuevas a raíz de ese aprendizaje que tuvo.


Esto nos lleva a la pluralidad, donde cada cabeza es un mundo, las ideas de cada uno se pueden agrupar, analizar y mejorar en beneficio de todos, si nos cerramos al cambio, a ideas diferentes no podremos comprender el por qué hacemos lo que hacemos, lo que nos llevará a depender de las decisiones que unos pocos toman por todos nosotros.


He hablado en múltiples ocasiones del poder de los datos, y seguiré hablando de ello porque habrá quien tome ventaja de ello, habrá quien esté dispuesto a entregarlos con tal de hacer su vida más fácil, para vivir sin complicaciones, en ambos casos habrá beneficiados, simplemente de que grupo te gustaría formar parte. Siempre habrá un punto intermedio donde podamos utilizar esos datos para prevenir accidentes o desastres, mejorar el ambiente o la forma como nos movemos, curar enfermedades, diagnosticar a tiempo entre un océano de posibilidades.


¿Qué tan necesario es estar conectado todo el tiempo? Creo que debemos recuperar nuestro tiempo con nosotros mismos, ahora que el trabajo desde casa es un común denominador para millones de personas en el mundo, siempre es bueno tener un rinconcito para nosotros, así como la computadora tiene su espacio, también los dispositivos que nunca se apagan deben tener su espacio para dejarnos a nosotros un lugar donde convivir sin depender de algún otro dispositivo para compartir un momento en familia, me refiero a ver tus series favoritas en tv, también para eso debe existir un momento y lugar para ello.


A muchos les gusta viajar, pero ¿Qué tanto disfrutan el trayecto que recorren, solo quieren llegar al destino, comer y beber para luego regresarse tristes al lugar de donde partieron? El clásico ya es domingo por la tarde y están pensando que mañana es día de ir a la escuela o trabajar. Se puede disfrutar un momento a solas en casa, sin necesidad de salir, cuando se logra disfrutar ese momento a solas, se disfrutará más el viaje, porque viviremos intensamente cada momento, sin estar pensando en lo que debo hacer o terminar el día de hoy.


En nuestra nueva realidad es importante disfrutar de la tecnología, hacerla nuestra, sin tenerle miedo, pero no abandonemos esa parte humana que da vida a lo que imaginamos, un buen humano de la mano de excelente tecnología siempre será la mejor combinación.


En este momento no solo los ingenieros tienen gran oportunidad en el campo laboral, también las habilidades sociales tienen gran espacio en esta nueva normalidad, es momento de que explotemos esas habilidades que hemos reprimido por estar conectados a la tecnología, aprovechando el acceso a tanto conocimiento útil que existe en internet, probablemente es el mejor momento para salir de la ciudad y vivir en el campo, convivir con la naturaleza, disfrutar del trabajo a distancia mezclando el mundo real con nuestro mundo digital.


“Las limitaciones del mundo físico se vencen en la mente”

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