Ágora: Covid-19 y psicosis colectiva
- Emanuel del Toro

- 22 mar 2020
- 6 Min. de lectura

Covid-19 y psicosis colectiva.
¿Estarán conscientes quienes alimentan la paranoia por el covid-19, que el estrés suele debilitar el sistema inmunológico? El Miedo tiene efectos no sólo a nivel de la autonomía decisional de las personas, al paralizarlas o llevarlas a tomar decisiones precipitadas, también incide sobre el propio equilibrio biológico del organismo; más claro: Muchos padecimientos de salud, son resultado de somatizar el estado de ánimo. El miedo no sólo doblega a nivel del pensamiento y la capacidad de actuar como agentes de cambio, también debilita la capacidad inmunitaria del cuerpo.
¿Qué quiero decir con esto? De nada o muy poco va servir enajenarse por lo que pudiera ocurrir si tal o cual cosa pasa en esta actual contingencia sanitaria, declarada no porque la cuestión sea extremadamente grave, sino precisamente para evitar que se llegue a volver incontrolable. El punto es que hoy hay tal nivel de ansiedad por el tema de la pandemia de covid-19, que es un hecho que aún si no enfermamos, seguramente terminaremos viviendo si o si las consecuencias de tal nivel de estrés.
Salir corriendo al supermercado más cercano para comprar y o acaparar compulsivamente todo lo que se pueda, no ayuda en nada. Tampoco lo hará que estemos todo el día pegados al televisor, la radio del auto, o mucho menos a todo tipo de sitios en redes de dudosa confiabilidad, mientras una barra mediática hecha para sacar el ángulo más morboso posible del tema del momento, hace su agosto chantajeando emocionalmente a propios y extraños, en la creencia de que el gobierno no está haciendo nada, o de que lo que está sucediendo en el plano internacional es tan inédito, que nadie tuviera realmente idea de qué hacer.
¿Ya tan pronto olvidamos lo ocurrido en la contingencia sanitaria de 2009, donde "milagrosamente" las únicas ciudades golpeadas fuertemente por la influenza H1N1, fueron San Luis Potosí y Ciudad de México?, sin que lo sucedido ahí, terminara recalando en el resto del país; lo cual es ridículo porque una es el centro geográfico real de México, teniendo el propio estado de San Luis Potosí colindancia con 9 estados, mientras la otra es la ciudad más densamente poblada del país, con más de 8 millones de personas. Con tal volumen de personas y opciones para dispersarse en sólo dos ciudades, con eso hubiéramos tenido para que todo el país se contagiara, cosa que desde luego, jamás ocurrió, y no ocurrió, no porque las medidas tomadas en ambas ciudades hayan sido muy eficientes, sino sencillamente porque todo fue un auténtico timo, hecho a medida de intereses privados y electorales, que poco o nada tuvieron que ver una genuina preocupación por el estado de salud de la población en general.
¿Ya tan pronto olvidamos cómo se manipuló la tragedia de los 43 de Ayotzinapa?, primero para negar lo sucedido o ignorarlo, hasta que la prensa de otros países obligó a darle cobertura mediática en el país. Luego de lo cual se hizo de todo para negar la obvia intervención del Estado, dejando todo en la más que improbable culpabilidad de una sola pareja de políticos de poca monta, cuando muchos fuera del país señalaron la más que pintoresca relación de lo ocurrido, con intereses de empresas trasnacionales canadienses, así como la alta actividad del narcotráfico en la zona donde todo ocurrió.
¿Ya tan pronto olvidamos lo ocurrido en el terremoto de 2017, donde hasta víctimas falsas se inventaron por aumentar el ranking mediático?; ¿ya tan pronto olvidamos el modo como recientemente se quiso manipular a la opinión pública con el tema del desabasto de medicinas, culpando al gobierno federal, sólo para descubrir después, que el desabasto ocurrió por la perversidad de quienes han visto afectados sus intereses como proveedores farmacéuticos del actual gobierno federal?; ¿ya tan pronto se nos olvidó como se manipuló la información cuando la llamada guerra contra el narco? Insisto, ejemplos de lo que ilustro con el uso amarillista que hacen muchos medios de la información para beneficio de unos cuantos, sobran, luego entonces, no veo por qué esta vez si hay que creer lo que la prensa catastrofista nos quiere vender.
Ojo y esto lo quiero dejar muy en claro, no estoy negando lo que sucede, es obvio que tenemos una contingencia sanitaria mundial, y que en esta contingencia, la diferencia estará en la responsabilidad y madurez que mostremos, para solventar acciones que desactiven focos potenciales de contagio. Pero difícilmente cualquier cosa que se intente recalará como se espera que lo haga, si seguimos haciéndole el caldo gordo a quienes quieren usar la actual situación para llevar agua a su molino, exactamente como se hacía hace unas semanas con el tema de la violencia en contra de la mujer.
Hoy más que nunca resulta vital mantener la calma y no alimentar el miedo, el sospechosismo o las especulaciones, porque mucho más allá de los riesgos sanitarios derivados del contagio por el covid-19, el efecto de la actual situación lo terminaremos padeciendo todos por igual, porque el ritmo de la economía mundial se está viendo severamente afectado ante las medidas que se han debido tomar en todos lados. ¿Qué es pues realmente lo que tenemos hasta el momento? Lo diré de este modo: Tenemos una enfermedad altamente contagiosa con una tasa de mortalidad relativamente baja.
Al momento que escribo este texto, –marzo 21 de 2020–, los datos existentes según cifras confirmadas por la Organización Mundial de la Salud, arrojan 299,061 casos de covid-19 en todo el mundo, de los cuales, sólo el 4% ha muerto; por su parte China, que es donde oficialmente se ubica el origen de esta pandemia, suma 81,304 casos de personas contagiadas por covid-19, pero también tiene una tasa de recuperados bastante alta, con 72% de pacientes sanados y 4% muertos. En tanto que Italia, después de China, el país donde más contagiados hay, registra 53,578 casos, de los cuales el 4,825, es decir el 9%, ha muerto, además tiene una tasa de recuperación mucho más modesta de 6,062 pacientes dados de alta, es decir el 11% del total de los infectados. Por su parte, México registra 203 contagiados por covid-19, 2 muertos y 4 recuperados.
Si, es cierto, probablemente las cifras que os presento, seguirán evolucionando, pero es un hecho que la evidencia de la que hoy disponemos, no indica, como algunos quisieran hacer ver, que la actual situación resulte inmanejable o extremadamente peligrosa. Luego entonces, más vale que intentemos mantener la calma, y que nos vayamos preparando para lo que se avecina en términos de lo económico. Porque es un hecho que en este mundo tan interdependiente, una contingencia sanitaria como la actual, promete tener efectos económicos para todos en el corto, mediano, y largo plazo.
Ya veremos cómo se habrá de resolver ese tema, pero difícilmente nos habrá de dejar indiferentes, porque desde ya se están dejando sentir sus efectos sobre el bolsillo de todos, y para decirlo de manera corta: Esta pandemia promete dejar más pobres que muertos; la cosa es que si no se muere de covid-19, igual existe el riesgo potencial de morir de hambre. Para no ir más lejos, según datos de la Organización Internacional del Trabajo, si la actual situación se llega a prolongar tan sólo un par de semanas más, y no se hace un manejo prudente, este año podrían llegar a perderse hasta 25 millones de empleos en todo el mundo. Temo más pues, al desastre económico que se nos avecina, que al problema sanitario que hoy acapara la atención de todos. Por ello insisto en la responsabilidad personal y compartida, de mantener la cabeza fría.
¿Mi más sincera consideración al momento? Vaya e investigue por cuenta propia y ponga en tela de juicio todo lo que los apóstoles del catastrofismo postulan. Demuestre que está genuinamente interesado al menos en usted y la seguridad de los suyos, y deje de cultivar psicosis colectivas que no nos llevan a ningún lado, y si que hacen más daño que el propio mal contra el que hoy hacemos frente. En las actuales condiciones de información casi total, donde esta se encuentra prácticamente al alcance de todos, es un severo despropósito no hacer ni lo propio para documentarnos. Lo que es más, si gusta ponga en tela de juicio incluso mi propia opinión, pero eso sí, no se quede sólo con lo que unos cuantos quieren que piense. La verdad nos hará libres.

















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