Baúl Analítico: En que nos convertimos
- Gabriel Avila

- 21 mar 2020
- 3 Min. de lectura

En que nos convertimos
En que me convertiré, una pregunta que nos hacemos mucho cuando somos niños, adolescentes y que es olvidada cuando entramos en la madurez y nos toca ver algo que tarde o temprano nos llega a todos al igual que la muerte, a ricos y pobres, poderosos y ordinarios, jóvenes y adultos, catedráticos e ignorantes, etc. Este concepto que bien puede ser algo terrorífico para muchos y que provoca inseguridad, pavor, crisis existenciales, depresión, y todo lo que tiene que ver con problemas emocionales y psicológicos, etc. Solo para algunos es agradable y generalmente nadie escapa de él, este ha sido culpable de grandes cantidades de problemas, que han terminado en tragedia y desgracia, esto lo conocemos como realidad, y nadie puede esconderse de ella, siempre está ahí, acechando, vigilando el momento oportuno para sacarnos de nuestra zona de confort.
Muchas veces cuando éramos niños, más de una vez nos preguntamos, ¿Qué voy hacer cuando se grande?, teníamos sueños muchos soñaron con ser artistas, cantantes, presidentes, doctores, astronautas, etc. Todos tuvimos sueños, que por fortuna muy pocos fueron bendecidos con que se les dieran sus sueños, muchas veces porque tuvieron apoyo de sus padres, una buena guíanza, disciplina, pero sobre todo el don de hacerlo, en cambio hay otras personas que a pesar de tener el don de hacerlo, no se dieron los sueños, porque no tenían apoyo de los padres, no tuvieron una buena guíanza, no tuvieron disciplina, permitieron que la opinión de la gente tóxica tuviera peso en sus desiciones, hicieron caso a la pregunta que ha destruído muchas vidas ¿Qué dirán?, o simplemente no tenían el don. Lo que ocasiona que tristemente en algún punto de nuestra vida, dejemos de soñar y llegue la realidad, que muchas veces conlleva a ser una oveja más del rebaño del orden mundial, ser un trabajador con o sin título que trabaja para mantener a su familia, o en su defecto para mantenerse a sí mismo cuando no tienes perro que te ladre, la realidad de muchas personas que están, pero no están, dejando todos esos sueños enterrados que nunca se dieron.
Para muchos la realidad es esta, gente que forma parte del sistema social, que no vivió sus sueños y viven en frustración por eso, gente que vive agobiada buscando la forma de pagar las cuentas por aparentar que viven una vida que no pueden tener, gente frustrada por el sobrepeso, por ser fea, por ser estéril, etc. Frustración por cosas tan superficiales que olvidan y corrompen el propósito de la vida, “soñar y convertir esos sueños en realidad”. Muchas veces no es culpa de los individuos que esto no se de, pueden ser las circunstancias que te obligan a renunciar a los sueños para poder sobrevivir y enfocarte en luchar por conseguir un techo y comida, puede ser también que la gente meta la pata para que estos sueños no se den.
En lo particular puedo decir que uno nunca debe dejar de soñar y no se debe olvidar cual es el objetivo de la vida, convertir nuestros sueños en realidad, ya que nunca es tarde para comenzar, luchar y dar lo mejor de uno mismo para que las cosas se den, aunque la realidad allá tocado nuestra puerta y entrado en nuestra vida, nosotros debemos luchar por sacarla y seguir soñando con el pensamiento de que ese sueño se va a materializar, por eso desde el fondo de mi corazón digo, Que Vivan los Sueños que nunca despertaron y que Dios nos y los llene de un Gran SHALOM, para que puedan hacerse realidad. Porque me resisto a creer que tengamos que vivir en un mundo lleno de realidad.

















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