Cuarto Oscuro: Ausencia

Ausencia

Si te soy sincera, sigo esperando tu mensaje. A veces pienso que volverás a buscarme, pero todas las mañanas al despertar, apago mi alarma y me doy cuenta de que ha pasado otro día más sin que mi ausencia te duela. Sigo sin saber cómo sentirme, a menudo recuerdo lo reconfortante que era llegar a casa y verte ahí, donde solías estar, donde me prometiste que siempre te ibas a quedar.

Empecé a visitar los lugares que te gustaban con la esperanza de toparme contigo, a leer nuestros horóscopos y a comprar todos los días una galleta de la suerte en el lugar de sushi que más visitábamos, pero los arduos intentos de hacernos coincidir fracasaban siempre, así que dejé de intentarlo.

No puedo negarlo, aun le hablo al viento de tu recuerdo, aun me quedo dormida con tu nombre entre mis labios y tu rostro en mi mente. Confío en que algún día dejaré de hacerlo, pero mientras tanto me conformo con la idea de que nos seguiremos encontrando en lo profundo de tu mente y en los rincones de tu cuerpo.

Seguiré siendo las páginas dobladas de tu libro de vida y los post-its más bonitos. Seguirás viéndome cada vez que escuches la canción que solía cantar en el coche y cada vez que veas la calle por la que siempre me gustaba caminar porque no hubo nada más real que tu mano sobre la mía, nada más real que tus carcajadas y la forma en la que solías observarme; porque no hubo nada más real que lo que sentimos.