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La Maldición de la Llorona Crítica


Foto: New Line Cinema

La Maldición de la Llorona Crítica


Honestamente ya estoy cansado de la misma fórmula que ofrecen estas películas. Formando parte del universo de El Conjuro, La Maldición de la Llorona, al igual que sus hermanas La Monja y Annabelle, carece de lo que realmente nosotros llamamos terror. Haciendo una comparativa con La Monja, ambas películas ofrecen lo mismo, sin embargo, La Maldición de la Llorona es una cinta con un presupuesto más bajo, la del año pasado (a pesar de ser decepcionante) visualmente destacaba por su aspecto gótico y tradicional. Los guionistas de estas películas se van por lo fácil, no buscan crear una ambientación terrorífica que logre incomodar a toda una audiencia, para ellos, el terror es básicamente un susto inesperado que intenta hacerte saltar del asiento, y eso es uno de los enormes errores que todas estas películas comparten.


En esta ocasión, La Maldición de la Llorona toma prestada una de las leyendas más famosas de México, la cual nos narra la historia de una mujer que ahogó a sus hijos en un río por celos y venganza. Esta mujer deambula por las noches gritando sus penas a sangre fría, lamentándose por el fallecimiento de sus hijos. Dicha leyenda es introducida en este universo, pero en lugar de explorar esta historia y crear una trama basada en el origen de esta leyenda, el guion solo toma el concepto de la llorona como un ente maligno y aterrador que busca llevarse a los niños. En lugar de estar desarrollada en México, la historia se presenta en Los Ángeles con una familia americana conformada por una madre viuda con dos hijos. Linda Cardellini, conocida por la mayoría por su papel de Velma en las películas de Scooby-Doo, es la protagonista de esta historia. Cardellini interpreta a una especie de detective o agente que lleva un caso muy especial sobre una madre que no muestra signos de buena salud mental y que mantiene a sus dos hijos en lamentables y pésimas condiciones. La protagonista decide visitar el departamento de esta señora, llevándose una sorpresa cuando se percata de que los niños se encuentran encerrados en un closet. Estos niños son alejados de su madre, pero en esa misma noche, mientras estaban bajo extremo cuidado y protección de la policía, ambos niños aparecen ahogados a las altas horas de la madrugada. El personaje de Cardellini piensa que es buena idea llevar a sus hijos a la escena del crimen dejándolos dentro de su automóvil, pero no contaba con que el ente maligno de esta historia se encontraba por ahí, La Llorona atormenta por unos minutos a ambos niños, a uno de ellos les deja su marca de maldición, y es aquí cuando la cinta se convierte en un festín de ruidos y sustos baratos sin mucho sentido, esta historia toma la misma fórmula de las pasadas, aparece un padre que sabe absolutamente todo sobre la Llorona, hay escenas relleno donde la Llorona solo aparece para molestar a los protagonistas y el final es totalmente predecible.


En algún momento de la historia, tanto la madre como sus hijos se enfrentan con La Llorona, pero se les hace buena idea no decirle absolutamente nada a ningún miembro de la familia, este aspecto resulta ser increíblemente tedioso e innecesario, en lugar de generar tensión, da una sensación de que los guionistas no encontraron una mejor forma de extender esta cinta que apenas alcanza la hora y media de duración. La película se siente barata tanto visualmente como narrativamente. El director (que por cierto será el mismo que dirigirá El Conjuro 3) no ofrece nada nuevo, decide imitar los planos y la formula de James Wan, sin atreverse a presentar algo fresco y arriesgado, el resultado final es como si un estudiante de cine primerizo hubiera estado bajo las ordenes de los productores, limitado en aspectos creativos.


Probablemente el mejor aspecto que tiene esta cinta son las interpretaciones del elenco que son decentes, pero todo lo demás es un desastre. La cinta intenta desesperadamente generar terror en base a ruidos y sonidos que nunca funcionan, “Oh mira escuché algo por allá”, “Oh no, alguien abrió la puerta”. “¡Boo! Soy la Llorona y me gusta gritarle a la cámara”. En lugar de ofrecer miedo, ofrece un tremendo aburrimiento. Si los encargados de llevar acabo esta historia hubieran jugado con una ambientación más tétrica o hubieran intentado explorar la psicología de la leyenda de la Llorona, esta cinta probablemente habría funcionado. Era más divertido ver a Linda Cardellini como Velma intentando descubrir un misterio junto con Shaggy y Scooby-Doo que verla en esta porquería.

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