Café exprés: Condición humana

Condición humana

Como seres humanos somos un asco y me incluyo yo porque formo parte de esto que hemos llamado «humanidad» pero que de humanidad no tenemos nada y ahora explico por qué.

Según la definición de humanidad de la Real Academia de la Lengua Española al calce dice que la humanidad es: 1) Naturaleza humana. 2) Género humano. 3) Conjunto de personas. 4) Fragilidad o flaqueza propia del ser humano. 5) Sensibilidad, compasión de las desgracias de otras personas. 6) Benignidad, mansedumbre, afabilidad. 7) Cuerpo de una persona. 8) Conjunto de disciplinas que giran en torno al ser humano, como la literatura, la filosofía o la historia y 9). Antiguamente, lengua y literatura clásicas. Así la definición.

Pero lejos estamos de tener o sentir fragilidad o flaqueza, sensibilidad o compasión por las desgracias ajenas, mucho menos benignidad, mansedumbre y afabilidad. Sí, la definición dice que somos un conjunto de personas del género humano y que humanidad también puede ser el conjunto de disciplinas que giran en torno al ser humano como el arte en general, la filosofía o la historia. Pero eso de sentir sensibilidad por alguien más o por algo más… lejos estamos.

Aseguro lo anterior por el reciente hecho o escándalo que se ha desatado en nuestro estado; me refiero al caso que tiene en la mira a nivel nacional al secretario de turismo Efraín Angulo.

Yo no le voy a echar más leña al fuego a esto. No conozco al secretario, no tengo relación (o, al momento no he tenido relación con la secretaría que, hasta hace algunos días dirigía, vamos, ni siquiera soy vecino de la colonia donde se suscitaron los hechos que lo tienen en el blanco de las noticias). Así que no echaré más leña al fogón.

Si el secretario (a quien tampoco voy a defender por estas circunstancias y otras cosas) tiene una preferencia sexual equis, ye o zeta eso a mí no me importa, si este mismo secretario hizo una fiesta en su casa, con sus invitados y todo lo demás, eso tampoco es de mi incumbencia. Dentro de su casa, en su cama (de la casa o de un hotel y en su privacidad) o donde sea que esté de puertas para adentro es algo que al resto que nos llamamos humanos no nos debe interesar, y es cosa del secretario o de la persona es su vida privada y punto.

He leído con mucho asombro (creo que nunca se debe perder la capacidad de asombro o la vida no deja de sorprendernos), pero he leído con mucho asombro muchas cosas sobre este hecho; que si el secretario armó una fiesta y se le salió de control, que si venían de la playa y siguieron en gran festejo (¿quien no lo ha hecho? me pregunto aquí, creo que todos tenemos un momento de festejar con amigos o con quien nosotros queramos el hecho de estar vivos, la vida), que si en realidad se trató de un asalto y que fue víctima de un comando armado, que si estaban puros hombres, que si estaban vestidos o desnudos, que si pasaron por varias horas de verdadera tortura y/o degradación humana, y que qué sé yo sobre todo lo que se ha dicho del caso.

Todos los que criticaron al secretario en algún momento de la vida se han de haber puesto ebrios, supongo, es #CondiciónHumana.

Ya lo decía Baudelarie en el poema: El spleen de París del que anexo un pequeño fragmento:

«Deberíamos estar siempre ebrios. Eso es todo. No hay otro dilema. Para no sentir la terrible carga del Tiempo que nos destroza la espalda hasta hacernos besar el suelo, es necesario embriagarnos sin tregua.

¿De qué? ¡De vino, de poesía, de virtud! ¡De lo que quieras! ¡Pero embriágate!».

Creo que todos lo hemos hecho.

Yo, a diferencia de Felipe Calderón no tengo las manos tan tan tan limpias como él, soy humano y me he equivocado y lo seguiré haciendo porque es #CondiciónHumana.

Decía que leí en redes sociales el caso del secretario Angulo que ayer o antier presentara, muy valientemente y frente a los medios de comunicación (algunos) su dimisión y que el gobernador va a analizar para aceptarla o no.

Lo hizo de manera muy valiente enfrentando el hecho y, algunos, dijeron que sus moretones se veían falsos, eso tampoco me compete a mí porque no soy nadie para juzgar… juzgarlo.

En redes sociales, literalmente, destrozaron al secretario que, repito, amén de su preferencia sexual o si llevó a cabo una fiesta (que está en su derecho a hacerla) y de todo lo que se ha dicho del suceso, amén de todo eso, los que nos decimos humanos lo destrozamos literalmente (él tendrá que comparecer, explicar qué fue lo que sucedió “que ya lo ha hecho” porque el dueño de la casa, es el que sabe (junto con los de la foto o quienes estuvieron presentes) ellos son los únicos que saben a ciencia cierta lo que sucedió en realidad esa tarde-noche del cuatro de marzo. Son los testigos y los que tienen que dar la cara a final de cuentas, porque hay un menor de edad fallecido, un herido de bala y varios lesionados, entre ellos el propio secretario (y esto es lo verdaderamente lamentable de todo esto).

Repito, en redes sociales la credibilidad, la postura e imagen del secretario de turismo de la entidad está por los suelos. Y he leído, a propósito que ahora es día internacional de la mujer, comentarios de ambos géneros «humanos»… y a veces las que se han ensañado más en sus comentarios (o críticas) han sido las propias mujeres… ojo, no estoy diciendo que los hombres no… claro que lo han hecho y descaradamente, como si de #CondiciónHumana se tratara. Los caballeros también han agarrado de ribete este caso y han hecho mofa vulgar sobre este caso que sí, se tiene que investigar y llegar al fondo para deslindar responsabilidades, porque está lleno de aristas. Y los responsables, tiene que enfrentar las consecuencias.

El poder de las redes sociales es innegable, pero tampoco podemos valernos de ellas para vilipendiar en contra de un ser humano que, amén de su puesto… señores… señoritas… gente de este mundo, hay que recordar que amén de todo la persona a la que estamos apedreando, sojuzgando, vilipendiando y humillando es un ser humano como cualquiera de nosotros. Eso es lo que no se vale, es ahí donde me pregunto… ¿así, con todas estas agravantes, nos decimos seres humanos?

De pasadita quiero hacer mención a algunos compañeros columnistas e incluso esos testigos (de los que no diré su nombre pero que los vimos en el noticiero dando su declaración… se ve que disfrutan del dolor ajeno, se ríen humillando a un de por sí humillado servidor público). Repito, no quiero y no pretendo defender a nadie. Todos somos humanos y nos podemos equivocar y que algo, aparentemente en control, se nos salga de las manos, esta es una gran lección que al ex secretrio de turismo tuvo que aprender pero a qué precio, la vida de un menor de edad, por decir lo menos. Todos estamos expuestos y más en estos días.

Leí columnas con un lenguaje que deja mucho que desear, que agrade, que incita a la violencia, a la homofobia, al escarnio público, a la degradación, vi varios mensajes vía whatsap con ese mismo lenguaje, con esa misma sarna, y el mismo odio… en Colima están pasando cosas muy graves y esto no abona para mejorar la imagen de nuestro terruño a nivel nacional e internacional. No abona para nada.

Hay que reflexionar si en verdad, con todo esto que nos ha dado el escándalo del secretario de turismo, que sí, es cierto, es un escandalazo y, repito, él lo tendrá que esclarecer y si resulta culpable será sentenciado y juzgado, hay que reflexionar si con todo esto, seguimos llevando el alto esto de ser y de sentirnos humanos… lo dejo en el papel. / 66 años de la Acpe.