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Aquaman Crítica


Foto: Warner Bros. Pictures / DC Comics / DC Entertainment


Aquaman Crítica

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Quién hubiera pensado que uno de los superhéroes más ridiculizados de la historia, que viste una armadura con aspecto de mallas y cuenta con poderes que le permiten hablar con los peces sería interpretado por Jason Momoa. Esta versión le otorga una enorme personalidad y empoderamiento al personaje, convirtiéndolo en alguien realmente rudo e intimidante.


Aquaman es la sexta película del universo extendido de DC y narra tanto los sucesos después de Justice League, desde el punto de vista de Aquaman, hasta los orígenes del personaje por medio de flashbacks que se van mostrando conforme avanza la historia. La trama comienza presentando el romance prohibido entre la Reina Atlanna (Nicole Kidman) y Thomas Curry (Temuera Morrison) que terminan procreando a un niño al que llaman Arthur Curry. La reina de Atlantis se encuentra en constante amenaza por la realeza que se esconde al fondo del océano, por lo que decide alejarse de Tom y de su hijo Arthur para que ambos se encuentren a salvo. Durante la infancia y adolescencia del niño mitad humano y mitad pez, es entrenado y asesorado por Nuidia Vulko (Willem Dafoe), que lo prepara para su futura embarcación a las tierras de Atlantis. Años después, el niño se transforma, básicamente, en Jason Momoa, que no ocupa esforzarse en interpretar a Aquaman, ya que parece que él nació para ese papel.


La película nos sitúa después de los acontecimientos contra Steppenwolf en Justice League; solo que, en esta ocasión, el conflicto se encuentra entre las profundidades del mar. Orm Marius (Patrick Wilson), autoproclamándose “el maestro del océano”, desea convertirse en el rey de los siete océanos no solo para tener el control total del mar, sino también para tener detrás de él un ejército que lo respalde para una guerra que está preparando contra el ser humano, que ha contaminado las aguas del océano por mucho tiempo. La situación para Orm se complica, pues no puede obtener el trono ya que su hermano, el bastardo llamado por la gente como Aquaman, sigue con vida. Debido a su deseo de poder y de venganza, Orm amenaza a los humanos provocando un tsunami repleto de basura y desechos. La princesa Mera (Amber Heard), acude con Aquaman para advertirle que, la próxima vez que Orm decida volver a atacar, los terrestres estarán en grave peligro. Y además de estos problemas, la cinta nos presenta a otro villano, el cual se hace llamar Black Manta (Yahya Abdul-Mateen II) que busca asesinar a nuestro héroe por venganza.


Como se veía venir, Aquaman termina aceptando la misión, que consiste en encontrar por todos los rincones ocultos del mundo, un poderoso tridente que le permite a quien lo posee, control total y absoluto del océano. Ambos personajes se transforman en una especie de Deus ex machina, pues siempre se encuentran preparados para cada situación; persistentemente saben hacía donde ir, no importa si es bajo el agua, bajo tierra, desde los cielos o en otro continente, ambos cuentan con una solución de manera automática, en un cambio de escena a otra, sin ninguna explicación. A diferencia de otras películas de DC, Aquaman es un viaje, una aventura con mucha acción y bastante dosis de comedia que solo funciona en pocas ocasiones.


Visualmente, Aquaman es un espectáculo de CGI que termina por ser cansino, las secuencias de acción brillan mas por la fotografía que por los efectos especiales, pues en la mayor parte del tiempo lucen bastante falsos. Es una lástima que no estén del todo bien pulidos y trabajados, pues hay enormes secuencias, sin mencionar la batalla final, que por culpa de este aspecto dejan mucho que desear. Jamás me sentí envuelto en el mundo de Atlantis, ni siquiera el diseño de los animales o el de la tecnología me sorprendió. James Wan, director de las dos películas de El Conjuro, Saw, La noche del demonio y Rápidos y Furiosos 7, toma la dirección mostrando excelentes y fascinantes secuencias de acción, acompañadas con buenas coreografías y con una fotografía llena de planos largos, en ocasiones simulando planos secuencia gracias a la edición, y movimientos de cámara circulares y tavel que nos permiten visualizar completamente lo que está sucediendo en la escena. La forma en como Wan juega con la cámara en cada secuencia es increíble.


Aquaman es como Hamlet de Shakespeare, pero menos compleja y más simple. Uno de los enormes fallos de toda la cinta es lo pretenciosa que se vuelve cuando intenta restregarnos en la cara su mensaje sobre el medio ambiente y la contaminación. En la mayor parte del tiempo verás a muchos personajes hablar sobre la contaminación de los océanos, sobre la basura, los desechos, y como el ser humano está acabando con la naturaleza. En lugar de presentarnos con imágenes y secuencias que de verdad nos inviten a reflexionar sobre este problema, el guion nos sobrecarga de diálogos expositivos durante toda la cinta, convirtiendo este mensaje en algo totalmente pretencioso. En otras palabras, habla mucho, pero hace poco.


Con buenas secuencias de acción que sobresalen más por cuestiones prácticas como la coreografía y la fotografía en lugar de los efectos especiales, junto con una banda sonora decente y un elenco que se sostiene gracias a Jason Momoa, Aquaman es una cinta OK, probablemente es la más entretenida de todo el universo extendido de DC, pero en términos de dirección, creo que Wonder Woman sigue siendo la “mejor”.


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