Vislumbres
- Abelardo Ahumada
- 20 jun 2018
- 6 Min. de lectura

EL EXTRAÑO CASO DEL PROFESOR FEDERICO. –
Hay algunos paisanos que me comentan lo extraño que resulta el caso del profesor Federico Rangel Lozano, porque habiendo sido alcalde capitalino y aun siendo el coordinador de la bancada del PRI en el Congreso local, los dirigentes de su partido (avalados o incluso impulsados por el gobernador) lo volvieron a ningunear en esta ocasión, obligándolo a ser candidato a regidor, en vez de postularlo otra vez para la presidencia municipal.
Ya le había sucedido hace tres años cuando, habiendo aparecido en primer lugar de todas las encuestas que se publicaron sobre los pre-candidatos a la gubernatura estatal, desde “el centro”, decidieron candidatear a José Ignacio Peralta, el que cuando bien le iba aparecía en cuarto lugar en los mismos conteos.
Pero lo más raro en esta ocasión es que lo obligaron a hacer campaña junto con un joven candidato “ciudadano” que, careciendo de cartel y experiencia política, debió requerir urgentemente de su ayuda, no sólo para “agarrar” el indispensable vuelo que necesitaría para impulsar su contienda, sino para que el profesor Federico le presentara a todos sus contactos en el municipio. Rarísimo, pues, y él que se deja.
Y ¿LA VERDAD PERIODÍSTICA DÓNDE QUEDÓ? –
Según el periódico oficial-familiar del ciudadano gobernador, todo lo que ha hecho el alcalde Héctor Insúa en Colima ha sido malo, y no ha habido una sola de sus acciones que les merezca su aprobación o aplauso.
Lo último que acaban de publicar, siguiendo una nota que sin autor apareció en Excelsior, es que el para ellos corrupto Insúa se habría colgado de un “diablito” para no pagar la luz de su residencia durante cuatro años continuos.
La nota anónima que, obvio, dieron por buena, les dio toda la libertad para magnificar una acusación no confirmada; aunque, por otra parte, ayer mismo la desmintió el arquitecto que le vendió al alcalde la finca donde éste vive. Pero no nos debemos extrañar, porque así se ha comportado ese periódico con los candidatos y los gobernantes que, o no son de sus simpatías, o no se mochan, o no se dejan aconsejar por el director del mismo.
TERQUEDAD ABSURDA. –
Cada que un ciclón toca las costas colimotas, los ramaderos de El Paraíso, Pascuales y La Boquita resienten daños en sus establecimientos y salen a reclamar apoyos de las autoridades en turno para reconstruirlos, generándose así una de las versiones más tercas y absurdas del “Cuento de Nunca Acabar”. Porque todo eso que ocurre no sólo es cíclico, sino que es un riesgo que se corre con la conciencia plena de que lo menos que cada año les pueda ocurrir es que las marejadas súbitas les arrebaten todos sus muebles. ¿Por qué entonces luchar contra el mar, que es incansable?
La solución contra eso la encontraron hace muchísimos años los prestadores de similares servicios en Cuyutlán, y eso equivale a que simplemente no hay que construir nada en la orilla del mar, sino un poco más lejos, a una distancia prudente que, con base a las observaciones realizadas durante muchos años, no suelan llegar ni las olas más grandes en tiempos ciclónicos.
EL HONESTO MEADE. –
Muchísimos electores ignoran que todas las aduanas del país dependen de la Secretaría de Hacienda, y que si no todas, la mayoría de ellas son permeables a diferentes tipos de contrabando cuyas jugosas mordidas reportan, a veces, muchísimas más utilidades ilícitas a los aduaneros, que los impuestos legales que la dicha secretaría recibe por las importaciones y las exportaciones ídem.
Dentro de ese mismo contexto recuérdese que dos veces ha sido el “ciudadano Meade” titular de la Secretaria de Hacienda, y responsable, por ende, de lo que hicieron (o dejaron de hacer) los aduaneros bajo su mando. Mismos que, como bien se sabe desde hace décadas, son algunos de los más voraces “mordelones” que existen en toda la burocracia federal, porque a cambio de hacerse de la vista gorda frente a cantidades de mercancías que entran al país sin pagar los respectivos impuestos, ellos ingresan a sus bolsillos, de común acuerdo con los comandantes y los administradores de las aduanas, jugosas “pollas” que al finalizar cada turno se reparten entre sí, reservando una porción de lo juntado para “el de más arriba”.
Todo esto que les comento es algo perfectamente sabido no nada más en las fronteras físicas o artificiales que tiene nuestro país con Estados Unidos, Guatemala y Belice, sino en todos los puertos marítimos y en todos los aeropuertos internacionales que hay también en nuestro territorio. ¿Acaso no supo nada de eso el ciudadano Meade? – Pues claro que sí, pero de tarugo lo admite hoy, porque aun sin necesidad de robar, todos los funcionarios de las “mejores” aduanas del país no sólo sacan para enriquecerse ellos mismos, sino para hacer más rico aún a quienes eventualmente los mandan. De ahí que, ¿realmente es honesto el ciudadano Meade?
AUTOS “CHOCOLATES”. –
Y saco a relucir el tema porque hace apenas una semana, el periódico oficial-familiar que comentamos arriba, publicó una nota en el sentido de que tan sólo en el municipio de Comala se llevaban ya registrados 100 vehículos introducidos, o dejados ilegalmente en nuestro país, para, según eso, regularizarlos en cuanto el ciudadano Meade asuma (¡¡??) la presidencia de México.
Nota que propició Agustín Morales Anguiano, coordinador de la campaña de Meade Kuribeña en el estado de Colima, quien afirmó que el programa “de regularización de autos chocolate” (sic), es un programa que su candidato ha ofrecido “a los propietarios de vehículos extranjeros”, porque según eso, Pepe Toño, es un individuo muy sensible que “quiere proteger el patrimonio de los mexicanos, en especial de muchos paisanos que, a su regreso de Estados Unidos, han traído vehículos que hoy en día son parte de su fuente de trabajo”.
Y para ampliar su información, Morales “explicó que actualmente muchos autos chocolate no pueden circular en carreteras federales, [ni] obtener algún seguro [y] representan un riesgo al medio ambiente al no poder ser verificados”.
No obstante lo cual, afirmó, que “el compromiso [de regularizarlos] es firme y con conocimiento de causa por parte del candidato del PRI, PVEM y Nueva Alianza […] que se ha comprometido a dar solución definitiva a ese problema”.
¿Qué dirán a favor o en contra de eso los fabricantes y los vendedores de autos nacionales? O ¿incluso los que se dedican a importar autos cumpliendo con todos los requisitos que la ley impone?
QUE LAS ENCUESTAS NO SIRVEN. –
Durante las últimas dos semanas han estado circulando en las redes, y publicándose en diferentes medios, algunos mensajes (y artículos de supuesto fondo) que, no queriendo admitir las tendencias que exhiben las múltiples encuestas publicadas, afirman que la única y verdadera encuesta que habrá de valer es la que se realizará justo el día en que se llevarán a cabo las elecciones.
En la contraparte de todos estos negativistas hay otros ciudadanos que, pecando en su caso de un exagerado optimismo, afirman que “este arroz ya se coció”, y que Andrés Manuel López Obrador “ya es nuestro próximo presidente”. Cuando lo único que se puede constatar es que la verdad no está en ninguno de esos extremos. Aseveración que trataré de explicar:
Si las encuestas son, como se afirma, algo así como “una fotografía del momento” político en que fueron tomadas o levantadas, cada una por sí sola, en efecto, no nos brinda información suficiente para saber lo que ocurrirá el día de las elecciones.
Por otra parte, si las encuestas son una muestra estadística mínima del universo que representa al total del número de electores, ni una ni diez nos pueden garantizar que el resultado de la contienda será como pronostican. Pero si la mayoría de ellas (independientemente de quiénes y cuándo las hayan realizado) presentan datos que se repiten y se repiten, como han sido las que desde noviembre de 2017 a la fecha se han publicado en cuanto a las campañas presidenciales, tendremos que admitir que muestran datos consistentes, y que la suma de todos ellos constituye lo que se llama una tendencia. Una tendencia que se traduce en una opinión favorable a un candidato y desfavorable a otros, queramos o no queramos aceptarlo.
En este tenor, la tendencia es, pues, que AMLO es el candidato que hasta la fecha reúne el mayor número de opiniones positivas, pero de ahí a que por eso se pueda afirmar que ya ganó la contienda, media un gran abismo, porque, como bien se sabe, ni Morena, ni todos los partidos que lo acompañan en la coalición tienen, en su conjunto, ni la mitad de expertos que el PRI tiene para realizar las “maniobras” electorales que suelen servir para cambiar sus números rojos en números negros, etc.
Con esto quiero decir que, si bien soy uno de los varios millones de mexicanos que votaremos por Andrés Manuel López Obrador, no se nos debe olvidar que la muy antigua maquinaria electoral del PRI ha sido encendida de nuevo y que, aun traqueteando o echando humo por el escape, nos puede dar una muy mala sorpresa. Sorpresa que los líderes nacionales y estatales de Morena y sus aliados podrían evitar o minimizar si lograran colocar, por ejemplo, suficientes representantes suyos en cada una de los miles de casillas electorales que hay en el país. Cobertura que ni el PAN ni el PRD han logrado en sus mejores tiempos. Pero ¿lo están intentando? ¿Lo lograrán?
El arroz sí está hirviendo en la olla, pero no se ha terminado de cocinar. Ojo con eso.
Comments