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Resoluciona


Más allá de lo convencional


Si observamos la historia de nuestra humanidad vemos que cambian las formas pero los problemas, el malestar es el mismo, por ejemplo siempre ha habido un quejarse de las juventudes; irresponsables, superfluas, pecaminosas, que no se colocan las pilas. Y podemos verlo desde el mundo clásico griego hasta el día de hoy.


El hambre, la pobreza y sufrimiento ahora están más acentuadas que antes, es la única diferencia, lo palpamos y hasta lo reconoce con sus informes la ONU.


Cambiamos formato, no re-solvemos


Ni las políticas en turno, la investigación científica y tecnológica, ni la economía, ni las simulaciones religiosas institucionalizadas han hecho un trabajo digno para transformar nuestra sociedad de una manera radical, a profundidad. La guerra y las presiones, la separación y el apego a los referentes identitarios repiten e intensifican lo mismo que no hemos podido resolver.


Esta convencionalidad o re-normalización de lo que llamamos realidad social la atacamos desde la forma pero no desde adentro, por eso al final todo si acaso termina en un paliativo de buenas intenciones, cuando así se tiene esta convicción, por lo menos.


La simulación está siendo la manera re-normalizada de vivir, por desgracia, el culto al otro y a lo que me dicen que debo de… es en lo que nos atamos y limitamos haciendo lo que siempre se hace, solo cambian las formas, los nombres, la fascinación tecnológica pero no resolvemos la base, el hambre, la pobreza, el sufrimiento, siempre estamos en el mismo tiempo, solo que en formas que simulan bienestar y bien ser; veamos al respecto lo siguiente:


Si me gritan entonces yo justifico mi falta de auto-regulación emocional y también grito enojado como respuesta reactiva y además se dice…es que es normal, es un ser humano. Como si estuviésemos condenados a ser reactivos, eso es lo que nos han enseñado, a no manejar nuestras emociones, percepciones y sensaciones; tremenda base dogmática que descansa no en el carácter fuerte, como decimos, sino en el carácter caótico porque nos han hecho creer y esto la educación casi nunca lo toca, que podemos cuestionar y reflexionar lo que pasa afuera, pero lo que uno siente es monolítico, así es y no hay vuelta de hoja, resignación.


En alguna ocasión escuché a cierta persona manejando un taxi…”por eso uno las viola porque se ponen faldas provocativas”. Esto es un ejemplo de total autocompadecimiento de ausencia de poder en uno mismo para controlar nuestras reacciones, es una forma de auto-victimización tramposa de una gran pobreza espiritual. Y así se justifica el acto violador, como si no tuviésemos neocortex y conexión con lo límbico para educarlo.


Nuestros candidatos actuales son ejemplo de altísimo nivel reactivo, falta de autorregulación. Se sigue en la base de que para cambiar algo se vale dolor con dolor, violencia con violencia y no se percatan que eso se adhiere energética y socialmente al ambiente.


Si sus propuestas no apuestan por una transformación de la educación donde la transformación personal sea base entonces solo se acumula información, si acaso, pero la fragmentación, la soberbia, el temor, la justificación de la propia falta personal, serán la base estructural energética en que las formas, los sistemas se vayan desarrollando…”pan con lo mismo”. Seguir observando la realidad desde esa base de insatisfacción es lo que finalmente ve el observador, un observador que no ha trabajado su propio malestar, su falta, su ansiedad y eso se reflejará en el universo de las agrupaciones y relaciones sociales. Como está sucediendo.


Si el observador es lo observado, dice la física de partículas, y siempre lo ha dicho la iniciación, entonces para observar lo que uno quiere y ya que somos campos integrados a lo que la iniciación le llama perlas engarzadas en el mismo collar, lo que hay que modificar es al propio observador.


Desde dónde uno percibe lo que percibe…es decir que condicionamientos del otro en mí me hacen pensar, sentir y hacer y peor tantito lo justifico…es que es de mis padres, es que soy el hijo mayor, es que nadie me quiere, es que estoy sola, es que es genético, es que no puedo ser diferente, es que yo soy así. Es que el sistema así me hace, por eso yo también soy corrupto y todo por aferrarnos al paradigma del otro, el que se enseña convencionalmente y no resuelve los mismos problemas de la historia humana.


Atención terapéutica, desarrollo personal, cursos, conferencias y talleres comunicarse (Aprende a meditar base neurocientífica, iniciática y práctica) al 312 194 8753

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