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Red Ciudadana


El Lastre del PRI


Coincido con mi amigo, el periodista Max Cortés, que José Ignacio Peralta Sánchez, gobernador del estado de Colima, para mala fortuna de los candidatos federales y locales priistas, se ha convertido en una especie de lastre. A dicha afirmación puedo agregar que es un lastre, una pesada ancla que los hunde, los sumerge en un mar de desventajas, incertidumbre, de costos políticos derivados de su indolencia, de ser un gobernante al que se le ha negado la política, de ser un mandatario con una imagen desprestigiada por sus propios actos, por las cosas que ha dejado de hacer, por incumplir compromisos con propios y extraños, por el trato déspota y prepotente hacia algunos de sus colaboradores más cercanos, por su falta de sensibilidad ante cualquier petición y demanda, por dejar en un completo abandono al PRI y al priismo colimense y por olvidar su obligación de resolver el problema más sentido por los colimenses: la inseguridad.


Considerando las actitudes, desplantes y la forma de pensar la política de José Ignacio Peralta, el PRI y los priistas deberían prepararse no solo para la que parece ser una de las peores derrotas en su historia, sino también para asumir la culpabilidad por los resultados que se obtengan el próximo 1 de julio. Conociendo la soberbia y la ignorancia política del gobernador, es ilusorio esperar que externe una autocrítica a su administración y mucho menos a su persona. Por eso el PRI y los priistas deben prepararse para dos cosas: para asumir el costo de la derrota y agradecer a Virgilio Mendoza y compañía las victorias que logren alcanzar.


Hace uno días, cuando Federico Rangel fue designado delegado del PRI en el municipio de Colima, el todavía líder tricolor Rogelio Rueda, se deshizo en elogios hacia quien hace 3 años era el puntero en las encuestas previo a la designación de José Ignacio Peralta como candidato de Enrique Peña Nieto a la gubernatura de Colima. En aquella ocasión sostuvo que 2Federico Rangel es el alguien a quien reconocemos, apreciamos, respetamos y valoramos por todo su trabajo”. Si en realidad la dirigencia estatal y el gobernador respetaran y valoraran a Federico, no lo tendrían arrinconado en el Congreso del Estado a expensas de la voluntad de Nicolás Contreras, sino que lo habrían puesto al mando del Comité Municipal del PRI y en este momento sería el candidato de este partido a la alcaldía, en lugar del cazador de mapaches priistas Walter Oldenburg. Más bien parece que el gobernador y Rogelio Rueda preparan el terreno para lavarse las manos y culpar a alguien del cuarto o quinto lugar que obtendrá el PRI en esa elección. Todo esto mientras el lastre del PRI se lava las manos y responsabiliza a otros de las derrotas.


Amarrando Navajas


*Las declaraciones de Roberto y Vianey Chapula advirtiendo que esperan una guerra sucia en su contra de parte del gobernador José Ignacio Peralta, muestran hasta dónde puede ser capaz de llegar el gobernador para atacar y perseguir a quienes no comparten su estilo despótico y frío de hacer política.


*Algunos medios ligados al oficialismo continúan con una campaña de desprestigio en contra del alcalde con licencia de Colima Héctor Insúa García, al que no dan ni una posibilidad de ganar la elección. La pregunta es por qué tanto afán en señalarlo si según ellos anda tan mal.


*¿Por qué los candidatos de la coalición PRI-PVEM no presumen propaganda al lado de José Antonio Mead? ¿Por qué candidatos como recurren en su propaganda a conceptos totalmente distintos al manual de identidad gráfica del candidato presidencial?


*Mal harían los diputados de la Comisión de Gobierno Interno en implementar algún tipo de sanción o incluso en despedir a Juan Carlos Estrada, titular de la Dirección de Comunicación Social del órgano legislativo. Y esto porque desde la cuenta oficial de Twitter del Congreso se dio retweet a un comentario de José Antonio Meade. Si por ese solo hecho, que al parecer es solo un error de alguna de las personas que tienen acceso a la cuenta de Twitter del Congreso del Estado, la medida sería más que excesiva y parecería más bien una oportunidad de los legisladores para ajustar cuentas políticas que no pueden saldar entre ellos.


*La renuncia de Enrique Ochoa Reza y el nombramiento de René Juárez Cisneros al frente de la dirigencia nacional del PRI, evidencian que el presidente Enrique Peña Nieto se está preparando para la derrota. Sin duda el hecho de que un priista con arraigo en la clase política nacional esté al mando de ese partido, no garantiza evitar lo inevitable. La tarea de René Juárez será la de armar el rompecabezas con lo que quede del PRI.

Aviso Oportuno

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