Innovación en movimiento: Danza Visual presenta Sinapsis
- Redacción

- 10 jul
- 3 Min. de lectura

* Explora ideas feministas urgentes a través del movimiento y el cuerpo
* La obra, inspirada en Una habitación propia de Virginia Woolf, invita a cuestionar cómo la violencia de género se normaliza, se justifica y se transforma en símbolo
Jorge Daniel Filorio Pedraza
En el centro cultural y académico Teatro Casa de la Paz de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), se presentó Sinapsis, una obra creada por la compañía Danza Visual que explora temas de feminismo, cuerpo, mente y politización a través del movimiento y la reflexión escénica.
La obra, inspirada en el ensayo Una habitación propia, de Virginia Woolf, crea un diálogo sobre la construcción del cuerpo, el lenguaje del movimiento como resistencia y la exploración de la libertad y la equidad, interpretado por la artista Fernanda Arriola Estrello y la coreógrafa Patricia Marín, cofundadora de la Compañía.
Por medio del lenguaje del cuerpo y una estética interesante, los codirectores de Danza Visual, Patricia Marín y Leonardo Beltrán, invitan a cuestionar cómo la violencia de género se normaliza, se justifica y se transforma en símbolo.
Esta propuesta busca romper con las convenciones de la danza tradicional, donde la escenografía suele ser un telón de fondo, para convertirla en un elemento activo que influye y transforma el movimiento de los bailarines, dijo Arreola Estrello.
El resultado es una experiencia artística que desafía la percepción del espectador y lo invita a explorar nuevas formas de conexión entre el cuerpo, el espacio y la imagen, agregó.
Arreola Estrello explicó que la Compañía ha construido una puesta de danza contemporánea que da voz y cuerpo a las reflexiones feministas más urgentes de nuestro tiempo para sentir, cuestionar y transformar, al mismo tiempo se convierte en un homenaje a la escritora y a todas aquellas mujeres que intentan romper cadenas.
“Una no nace mujer… se convierte en ella”, es una de las frases más recordadas de Woolf, donde la autora profundiza sobre la construcción social que a lo largo de la historia tuvieron que asumir las mujeres, a quienes se les permitía cumplir sólo con ciertos roles, de acuerdo con las normas culturales de la época y cómo esto dilapidó su potencial y su libertad de acción y pensamiento, puntualizó.
Acentuó que Sinapsis concibe la danza no solo como un arte del movimiento, sino como un diálogo íntimo y colectivo entre el cuerpo y el mundo, a través de ésta, la obra investiga la capacidad del cuerpo para ser instrumento de expresión y para confrontar las realidades de violencia y tensión social.
La función explora la búsqueda de la identidad mediante desplazamientos fluidos y expresivos. La música, con sus ritmos pulsantes, acompañó la coreografía de manera hipnótica, creando un ambiente onírico. Las artistas, con sus cuerpos ágiles y expresivos, transmitieron una profunda sensación de lucha y anhelo, contagiando al público con su energía, haciendo que todos quisieran unirse a la interpretación.
Esta puesta en escena, con su juego de luces y sombras, escenografía sutil y ritmos contrastantes, supo crear un ambiente que potenciaba la dualidad del humor y el drama, convirtiéndose en un lenguaje que hablaba tanto de la alegría efímera como de la profunda tristeza inherente a la condición humana.
La danza, en su esencia, es un lenguaje universal capaz de transmitir una amplia gama de emociones. En esta particular puesta escenográfica, la coreografía supo aprovechar al máximo esta cualidad, tejiendo una red de movimientos que alternaban entre la ligereza y la gravedad. Las bailarinas, con su maestría, técnica y expresividad, guiaron por un viaje emocional que dejó asombrado al público presente.
Más allá de los pasos y las figuras, Sinapsis permitió encontrar un significado en cada movimiento. Una obra que se adapta a la experiencia de cada espectador, invitando a la reflexión y al diálogo interno. La danza cobró vida con la presencia del público y su respuesta con ovaciones y aplausos confirmó que el mensaje de la obra llegó a sus corazones.
“La historia de la literatura omitió nuestras voces”, apuntaba Virginia Woolf en su ensayo publicado en 1929. Casi un siglo después, Danza Visual responde con Sinapsis, reclamando ese archivo perdido, tomando el cuerpo como escritura y definiendo la escena como un nuevo espacio propio: “Hay heridas que el cuerpo guarda… Hay palabras que aún no sabemos pronunciar… Hay historias que necesitan ser bailadas”.
Sinapsis es un proyecto realizado gracias al Sistema de Apoyos a la Creación y Proyectos Culturales.


















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