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Al Robot: Inteligencia + Emociones

Por Edgar Tercero.

Inteligencia + Emociones


Cada vez vemos que las empresas utilizan una gran cantidad de tecnología dentro de sus sistemas. Existen diferentes herramientas que empiezan a interconectarse, antes solo eran sistemas informáticos, ahora elementos físicos mantienen una conexión virtual. Lo único que pareciera es que los humanos a veces no notamos las similitudes entre sistemas o lenguajes, porque siempre mantienen un principio básico que los hace afines al mismo tiempo que sencillos.


Quien no entienda de redes, bases de datos, crms, presencia en línea o la nube se volverán obsoletos en el futuro. ¿Por qué tan fría mi observación? Porque les costará adaptarse al mundo del trabajo, esto es algo que se encuentra presente en todas las empresas actualmente, las herramientas de comunicación son todas parecidas, solo cambian de lugar los botones.


Pero cuando las personas toman el rol de usuario que no se interesa por la tecnología, sino de apretar botones para no perder la chamba, se convierten blanco fácil para que una máquina los reemplace. No es exagerado mi comentario, porque esto no se trata únicamente de manejar un coeficiente intelectual, se trata de aprender a manejar emociones. Pero pareciera que los algoritmos son los que deciden que sentir a las personas.


Sin un manejo de las emociones, podemos darnos por vencidos ante las máquinas, dejaremos que los sistemas decidan por nosotros, tomando decisiones frías que no significa que siempre sean las correctas.

Veamos el ejemplo de las pruebas de carreteras para autos autónomos. Hace su recorrido impecable, toma muy bien las curvas, avanza sin problema, acelera cuando lo debe hacer, pero cuando se atraviesa una persona, a pesar de ir a baja velocidad, con la posibilidad de frenar, un sistema de sensores y cámaras que anticipan cualquier movimiento, pero el auto no se detiene. ¿Qué paso aquí?


El auto tomo la decisión de continuar, porque en su sistema se encuentra programado el avanzar, probar que es capaz de conducir sin un humano, que puede acelerar, que puede mantenerse en el carril, reconoce las subidas y bajadas, pero para este recorrido de prueba no se le programo la opción de detenerse si veía a una persona cruzar el camino.


Ahora imaginemos que cuando se programa una inteligencia artificial no se contemplaron todos los aspectos que se requieren para que las personas tomen decisiones, y esta persona toma la decisión basada en los resultados de la inteligencia artificial, como emocionalmente no esta preparada para seguir su intuición y solo esta cumpliendo con las horas de su trabajo, ejecutará acciones con graves repercusiones para otros o la misma persona.


Es increíble encontrarse con personas que contratan servicios tecnológicos sin saber como funcionan, entender los riesgos o protegerse a si mismos. Saber los límites y hasta donde pueden sacarles jugo a sus herramientas, solo por contar con lo último en tecnología, sin saber que pudieran estarlos espiando porque han dejado puertas abiertas, igual no será un espionaje para causarles daño, o al menos así lo venden las empresas, es para brindar un mejor servicio.


Sin saber, que toda esa información recolectada es vendida en el mercado global para saber cuales son los siguientes pasos. Tiene sus beneficios y contras, lo más importante es que el fin sea solo para el consumo de productos, la desventaja es que muchos confían a ciegas sin documentarse al respecto.


Hay aplicaciones muy importantes para el uso de información, un gran ejemplo lo tenemos en marcas mexicanas como ZOTE y Panam. Dos marcas que, a pesar de las dificultades nacionales, tratados de libre comercio entre otras cosas han sabido mantenerse o resurgir, a través de estudiar los números del mercado y las preferencias de sus potenciales clientes.


Panam un producto de calzado deportivo o casual que existe desde hace varias décadas en nuestro país, con su planta ubicada en el estado de México. Tuvo una gran crisis después de que se firmará el tratado de libre comercio, donde entraron marcas que se volvieron las predilectas del consumidor mexicano, gracias a la publicidad que manejaban, los deportistas que las utilizaban, que se vendían en el mercado formal e informal. Inclusive hubo competencia desleal proveniente de China colocando productos de menor calidad, pero más baratos.


En cambio, Panam era hecho artesanalmente, pegados a mano, juntando tecnología con elementos tradicionales y productos buenos. Muy populares en los 80s para que los papás de la familia mexicana pudieran calzar a los hijos a un bajo coste. Sin contar con grandes inversiones en publicidad, optaron por una decisión más sencilla: la elección de las diferentes tribus urbanas. Lo que el cliente realmente busca, llegando directo a los prospectos correctos, sin tratar de venderle a aquellos que tienen otros intereses, pero la clave esta en enfocar los esfuerzos, sin tratar de ganarse a todos, creando una identidad grabándose en la tradición y el pase de boca en boca. Algo que ha sabido hacer muy bien Apple, creando una identidad con su marca.

Panam tuvo su gran regreso en la década de los 2000s apostando por bandas mexicanas, del gusto de grandes y chicos lo que creo su mercado meta, dándoles algo con que identificarse, que va más allá de la música, también la forma de vestirse influye mucho, y que mejor que tener el mismo tipo de calzado que usan sus cantantes predilectos.


Si ellos se hubieran quedado con la idea del malinchismo, sin observar lo que estaba sucediendo, sin prestar atención a lo que las personas estaban esperando, hubieran tenido que cerrar definitivamente. Para eso se requiere mucho de otro tipo de inteligencia, a la que muchos han llamado Inteligencia Emocional. A lo que yo digo es dejar las ideas cuadradas, por adaptarse a la situación actual, seguir aprendiendo y crear nuevos modelos, estando en continua evolución, escuchando siempre los diferentes puntos de opinión, observando las dos caras de la moneda.


Cambios siempre van a existir, crisis también. Hoy existen marcas mundiales, que venden por millones encontrándose en los hogares de todos los países, creados en lugares que han sido devastados por guerras, pero que supieron darle la vuelta a la tortilla para poder producir algo, a pesar de la situación. México no es diferente, siempre ha sabido levantarse, la gente sigue saliendo a las calles a buscar como salir adelante, y hemos tenido dos terremotos importantes en menos de 30 años, devaluaciones constantes y alza de precios.


Y con la pandemia mundial se tienen que desarrollar nuevas habilidades, pero como lo he mencionado antes, no se trata solo de conocimiento técnico, también requerimos habilidades blandas, liderazgo que es algo que las inteligencias artificiales no tienen, y no tendrán por un largo tiempo, si habrá automatizaciones, existen empleos que sucumbirán a la era digital, pero hay que aprovechar nuestra situación actual para observar y moverse al siguiente nivel.


Empecemos con algo que todos podemos hacer, y es trabajar nuestras emociones:


· Ser curioso. Existe un vínculo científico entre la curiosidad y los comportamientos emocionalmente inteligentes. Esto tiene sentido cuando lo piensas: parte de ser emocionalmente inteligente es sentir curiosidad por saber cómo se sienten los demás (y, por supuesto, cómo te sientes tú). Entonces, ¿por qué no mostrar un interés activo en las personas que te rodean haciéndoles preguntas abiertas? Nada personal, fíjate, no a menos que conozcas bien a la persona. Intente simplemente preguntar acerca de sus objetivos, intereses o desafíos. Puede darle una buena idea de cómo se sienten.


· Escuche activa y atentamente. Para entender cómo se sienten los demás, hay que prestar atención. ¿Qué te están diciendo, tanto con sus palabras como con su lenguaje corporal?


· Practica la empatía. La capacidad de ponerse en el lugar de otra persona es un componente clave de la inteligencia emocional. Pero ¿Cuándo te pusiste conscientemente en el lugar de otra persona por última vez? Con nuestras vidas ocupadas y estresantes, no siempre nos tomamos el tiempo para detenernos y pensar: "¿Cómo me sentiría si estuviera en su situación?" Así que trata de practicar esto con más frecuencia cuando hables con la gente. Te sorprenderá lo poderoso que es este ejercicio cuando se trata de captar el punto de vista de otra persona.


Practicando al menos estos tres puntos nos mantendrá con una gran ventaja en el mercado actual, sin tomar una postura inflexible porque entonces nos quedaremos en el mismo lugar por un buen rato, dejando ir las oportunidades que se encuentran frente a nosotros.


“Ser inteligente no significa que se sea listo”


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