Al Robot: ¿Estamos listos para el mundo digital?
Por Edgar Tercero.
¿Estamos listos para el mundo digital?
Hoy en día no se requiere ser un experto en el uso de la tecnología, se requiere experiencia en el campo, para poder enfrentar los retos que se vayan presentando. En este caso se requiere conocer varios escenarios críticos, para dar respuestas coherentes. También es necesario contar con habilidades blandas para que las personas no actúen como máquina, sino que realmente den soluciones a los problemas.
En un mundo de personas que pasan más tiempo en el mundo digital, resulta interesante el cúmulo de distracciones que esto ha provocado, impidiéndoles la capacidad de memorizar cosas, viven solo un instante para olvidarlo después. Entran a redes sociales para liberar endorfinas de manera constante, pero ante los problemas no saben resolverlos por no contar con todas las evidencias necesarias.
La intuición es algo que viene acompañado por la experiencia, no es algo inventado, sin embargo, me he topado con personas de diferentes partes del mundo con maestría y doctorados dando soporte sobre herramientas digitales, que tienen mucho conocimiento, pero poca experiencia de campo, que son incapaces de ver los errores, entender la situación y dar soluciones acordes al problema que se les presenta en pantalla. Solo siguen el libreto que les escribieron y solicitan instalar cosas o revisar configuraciones que ya se hicieron. En ocasiones esto resuelve el problema, pero de tantas cosas que se realizaron no se sabe cuál fue la solución verdadera.
Hay personas que no cuentan con una carrera, pero gracias a su experiencia pueden resolver problemas complejos, porque no se detienen frente a lo que dicta el manual, utilizan su intuición, aportar pasos extras que no vienen en la guía, para llegar a la raíz del problema y dar un resultado de valor a sus clientes.
Basta con dar un vistazo a nuestras vidas actuales, rodeados de gadgets que se conectan entre sí, subiendo información a grandes servidores concentrados en alguna parte del mundo, controlados y vigilados por grandes corporaciones. Ver como los niños y adolescentes, permanecen conectados todo el día, incapaces de retener algo en sus mentes por 5 minutos, o quedarse fijos en algo, porque deben deslizarse al siguiente vídeo en 10 segundos hasta encontrar eso que les liberé endorfinas para sentirse satisfechos, pero esto jamás sucede, siguen sedientos de más shots para sentirse que son valorados, por eso la adicción a los likes, la aprobación de su comunidad de “amigos”. Sienten que dominan la tecnología, pero en realidad ¿Quién los está dominando a ellos?
Me encuentro con vendedores de servicios tecnológicos que solo quieren dar a sus usuarios lo primero que piden, sin atreverse a recomendarles un mejor paquete que les beneficiará en un futuro, solo porque la primera opción les dejará los bolsillos con grandes comisiones que podrán cobrar hoy pero que les hará perder el cliente el día de mañana.
El mundo se esta llenando de plataformas, sistemas, hardware que inundan la casa, recolectando datos constantemente, supuestamente para hacer nuestra vida más sencilla, pero ¿Qué tan útiles están siendo para las personas? Tienen una Alexa o Siri que solo utilizan para bromear, ver el clima, pero que tan relevante se vuelve saber el clima cuando llega una pandemia y te deja encerrado en casa.
Pareciera una nueva forma de conquistar a la humanidad, creando adictos al mundo virtual, de hecho, existen personas que están más presentes en redes sociales, que en casa con su familia. Pareciera que los verdaderos robots son los humanos y no las máquinas con las que convivimos. Hoy es más importante existir en un mundo virtual, seguir las tendencias, atendiendo siempre a los fenómenos sociológicos que al sentido común. Existen lugares en nuestro planeta donde no se pueden desobedecer al régimen social, porque se te puede considerar un traidor a la patria, no existe el libre pensamiento, deben seguirse la corriente reinante, y a veces pareciera que la mayoría sucumbe a lo que dicen los demás porque entonces estarás fuera de lugar, aislándote del resto del mundo.
Ese fenómeno de pertenencia y asociación, porque al final el ser humano es un ser vivo social, con sentido de pertenencia, pareciendo así que si se sale de la manada estará condenado a la soledad. Entonces se empiezan a crear ideologías, burbujas sociales donde la opinión de todos es la misma, no existe alguien que opine diferente, porque entonces es observado y criticado, por lo cual para no ser aislado se sucumbe ante lo que digan los demás.
¿Qué pasaría si este mismo fenómeno nos lo lleváramos al Metaverso? Un universo virtual, que pareciera como una segunda vida para muchos. Pero no tenemos que irnos tan lejos, hay muchos que ya viven en realidades alternas, esperando la aprobación de todos, con la necesidad de ser observados todo el tiempo, grabándose así mismos con lo que comen, los lugares que visitan y las celebridades con quien comparten su tiempo, sea un líder político, social o religioso.
¿Realmente necesitamos llegar al Metaverso o ya nos encontramos en ese universo?
Y no me mal entiendan, no creo que sea algo malo poder recrear nuestro mundo, o hacer simulaciones de este, al contrario, se pueden tener grandes avances con ello, lograr evitar catástrofes futuras, encontrar un medio seguro para compartir con otros, trabajar a distancia con otros profesionistas, para tener varios enfoques a la hora de dar soluciones a los problemas.
Inclusive existen hoy parejas que se han casado después de conocerse en internet, pero también existe un gran número que solo utilizan estas aplicaciones para tener sexo o inclusive acosar a otras personas. El mundo virtual puede ser una extensión de nuestra realidad, pero es importante que los valores que permiten a las sociedades convivir en paz, se refuercen constantemente, el civismo, la libertad sin libertinaje, conocer las consecuencias de nuestros actos. Si todos reconocemos las líneas que como humanos no estamos dispuestos a cruzar, marcando límites y respetando los derechos de cada individuo, podremos extender nuestras capacidades a varios mundos virtuales.
Lamentablemente, al no existir estos límites subjetivos, que todo ser humano debería tener como máxima: “El respeto al derecho ajeno, es la paz”. Suceden hechos tan lamentables, perjudicándonos para avanzar. Es por lo que se crean gobiernos, policías y militares para establecer el orden con base a la fuerza.
Esto último esta pasando en el Metaverso, se deben crear códigos que impongan barreras para que los demás no crucen los límites del espacio personal de los individuos que allí expresan su talento. No habría necesidad de esto, si los valores como individuos los respetáramos desde la infancia, enseñándoles a las nuevas generaciones que “El mundo no gira alrededor de ellos”.
La educación no se trata de aprender a sumar, restar o aprenderse fechas o eventos importantes de la historia, es conocer el trasfondo de porque lo estudiamos, como nos servirá en la vida, porque se tienen muchos conocimientos, pero pocas aplicaciones prácticas.
“Estudiamos historia para no repetir los errores del pasado, evitando transgredir a nuestros semejantes”
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