Diurnarius: Renuncia con sabor a premio

Renuncia con sabor a premio

El 23 de noviembre del 2018 durante su comparecencia en el Congreso del Estado, el Secretario de Seguridad Pública, Coronel Enrique Alberto Sanmiguel Sánchez altaneramente espetó a los diputado “Cuando una persona no cumple con sus expectativas, no cumple con su trabajo la mayoría de ellos solicitan su cambio, su baja, ellos solos se retiran, yo vine aquí, no a ver si puedo, sino porque puedo vine, aquí estoy y voy a cumplir”; señor Alberto Sanmiguel se da cuenta que a prácticamente dos años de haber sido nombrado titular de la SSP, no pudo cumplir con la responsabilidad que se le encomendó, hoy Colima es más violento e inseguro que hace dos años, no pudo ni cuidar de sus tropas a las que dejó en el desamparó en manos de mandos que no están comprometidos ni le tienen lealtad a la institución, ni mucho menos a Colima, nos queda claro que su renuncia es un premio más que un castigo, como lo fue para el exsecretario de turismo, Efraín Angulo.

El atroz crimen del que fueron víctima siete policías estatales abandonados en un vehículo en Manzanillo, se suma a la larga lista de agentes que fueron asesinados bajo el mando de Enrique Alberto Sanmiguel, los que seguramente hubiera querido ocultar para que nadie supiera de ellos, pero hasta eso le falló, todos fueron documentados por la prensa local; sin embargo lo sucedió a estos siete agentes, dejó al descubierto una serie de irregularidades y deficiencias de las que seguramente se encuentra plagada la Secretaría de Seguridad Pública, el simple hecho de no haber informado a las autoridades de Jalisco, del ingreso a su territorio de diez policías estatales de Colima armados, vestidos de civil en vehículos oficiales sin distintivos a custodiar a supuestos inversionistas de los se desconoce su identidad y nada se ha dicho de ellos.

Pero además, el haber enviado a los agentes estatales a un lugar conocida por los constantes hechos violentos que han ocurrido en esa zona como el derribo de un helicóptero Cougar del ejército Mexicano el 1 mayo 2015, además de múltiples ataques y enfrentamientos entre autoridades y grupos armados, debió poner en alerta al ahora exSecretario de Seguridad Pública de Colima para no exponer a sus agentes, pero lo más probable es que no estuviera enterado de lo peligrosa que es esa zona de Jalisco o que sabión no le hubiera importado.

Suponiendo que fuera cierto que los policías realizaban labores de escolta de supuestos “inversionistas nacionales” que viajaron en helicóptero del aeropuerto de Manzanillo al municipio de La Huerta, Jalisco, (aunque después se dijo que fue al municipio de Cuautitlán de García Barragán, Jalisco) mientras que los 10 agentes y dos civiles se trasladaron por tierra en vehículos de la SSP al lugar, según lo informó la Secretaría de Seguridad Pública del estado en su comunicado oficial; pero surgen varias interogantes cómo el ¿Porqué los inversionistas pidieron el apoyo a Colima y no a Jalisco?, ¿Quienés eran los inversionistas que viajaron por tierra con los policías?, ¿Porqué el titular de la SSP no siguio los protocolos de coordinación con Jalisco?, ¿Qué importantes inversiones iban a realizar en Colima los empresarios?, quién le dio la orden al titular de la SSP de dar el apoyo?, ¿En que beneficiaba a Colima una mina de Jalisco?; pero Sanmiguel se va sin dar respuesta.

Sin embargo para que el titular de la SSP distrajera de sus funciones de brindar seguridad a la población colimenses a 10 agentes para mandarlos a cuidar a supuestos “inversionistas”, debieron ser muy importantes y por lo tanto el Secretario de Fomento Económico del Estado, Walter Oldenbourg debió estar enterado, además no dudamos que los haya acompañado en su recorrido, sobre todo porque dichos “empresarios tienen planes de proyectos para el Estado”, por lo que no se concibe que Walter no estuviera presente en tan importante incursión de empresarios al estado de Jalisco y Colima, pero misteriosamente del titular de SEFOME no se ha dicho nada; lo que genera más especulaciones sobre los misteriosos “inversionistas” a los que pareciera quieren proteger a toda costa, por lo que no dudamos que se pueda tratar otro de los negocios del mandatario estatal y sus amigos.

Pero si la desaparición y asesinato de 7 policías estatales, no fuera suficiente para reconocer el Estado fallido de Ignacio Peralta; ayer nos levantamos con la terrible noticias de que la Diputada Local de Morena, Anel Bueno Sánchez desaparecida desde el 29 de abril, había sido localizada sin vida en una fosa clandestina en el municipio de Tecomán, desaparición que lograron minimizar y ocultar con argumentos poco convincentes pero efectivos para que el Gobernador no fuera golpeado mediáticamente por la desbordante inseguridad que se vive en la entidad y por la incapacidad del gabinete de seguridad de implementar una estrategia efectiva que garantice la paz y la tranquilidad de los colimenses.

El asesinato de los 7 policías y el de la diputada Anel Bueno han generado una serie de especulaciones que involucran no solo al exsecretario de Seguridad Pública, Enrique Alberto Sanmiguel al que nos hubiera gustado escuchar defender a sus policías, como defendió a su hija, pero ni ahora ni nunca dio la cara; pero como bien lo dijo “Cuando una persona no cumple con sus expectativas, no cumple con su trabajo la mayoría de ellos solicitan su cambio, su baja, ellos solos se retiran”, en eso estamos de acuerdo, usted no cumplió con las espctativas ni con su trabajo por eso se va.

Lo cierto es que el asesinato de los 7 policías estatales, como el de la diputada Anel Bueno y de cientos y miles de personas desaparecidas o asesinadas en el estado no pueden quedar en la impunidad, independientemente de que se castigue a los autores materiales, se debe de fincar responsabilidad a quienes no cumplieron con su trabajo, a estas alturas renunciar es un premio por su traición a Colima, pero sobre todo para gozar de impunidad, estamos seguros de que hay los elementos suficientes para iniciar un proceso de juicio político a José Ignacio Peralta y a su gabinete.