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Bitácora de Marly: La herida de la orfandad


La herida de la orfandad


Alma Delia Murillo (Ciudad de México, 1979) ha publicado el libro de cuentos Damas de caza (2010) y las novelas: Las noches habitadas (2015) y El niño que fuimos (2018); con su último título asegura su lugar dentro de la literatura mexicana contemporánea, porque su voz narrativa desmenuza la vida de sus personajes para tocar las fibras más emotivas de nosotros como lectores. Las temáticas obsesivas de la autora son: la infancia y la orfandad.


El niño que fuimos presenta la historia de Óscar, María y Román, quienes se conocen hacia sus diez años en un internado de la Ciudad de México. Tendrán que pasar veinte años para su reencuentro, cuando ya son adultos con metas cumplidas y por cumplir. Sus recuerdos se hacen indispensables para entender el presente que viven.


Román Gómez-Tagle Jiménez es un reconocido diseñador de zapatos. Llegó al internado por su tía Guillermina y su esposo, una vez que ellos vaciaron las cuentas bancarias de sus padres fallecidos en un accidente automovilístico, Román se dio cuenta de que en ese lugar se sentía más cómodo en compañía de las mujeres y firmó la condena con sus compañeros: “[…] pasó de maricón a marica, de marica a mariposita y después lo ascendieron a putito, puto y pinche puto” (p. 55). Mientras encuentra su camino en la vida, se prostituirá con hombres: Antonio le tenía casa y Salvador le daba dinero.


Óscar Noriega Flores es un maestro de arquitectura que no logra mantener una relación estable. Su madre, Aurora, falleció a los treinta y tres años. Ella trabajaba dos turnos en un hospital: por las mañana era afanadora y por las noches, prostituta. De esta manera sobrevivían hasta que Aurora enfermó de cáncer y no tuvo otra opción que llevarlo al internado. Los fines de semana lo recogía su tía Evelia y lo llevaba con su madre:


Aurora era dueña de una alegría sobrenatural que, a pesar, de todo se imponía a los trances más difíciles con alguna broma tonta, y cuando Óscar no podía contener las lágrimas, lo consolaba con tal amor y entereza que él lograba olvidar que su madre estaba enferma (p. 148).


Óscar, siendo un hombre adulto, vive con la culpabilidad del matricidio. ¿El niño que fue, sabía lo que hacía?


María Vergara Paz es una actriz de teatro clown y tiene un estudio de danza. Durante su infancia sufrió burlas por su primer apellido: “[…] con cada pase de lista el viejo chiste saltaba desde alguna esquina del aula, y cuando ella decía presente tenía que hacerlo entre risitas sofocadas. María, yo te doy mi Vergara; María, vete a la Vergara…” (p. 48). Ella era la hija menor de diez hermanos, su madre recurrió al internado para dejarla ahí, ya que como madre soltera no podía darle sustento y educación. En su vida adulta es recurrente el miedo de vivir nuevamente en la pobreza porque está embarazada y su divorcio es más que inminente. ¿Se repetirá el esquema familiar del que provenía?


Los tres niños hicieron del internado un espacio sagrado, pues fueron capaces de crear lazos de amistad entre ellos. Murillo evoca la importancia de los juegos y las promesas en la infancia para poder sobrellevar la vida sin la guía de los padres, pero, la herida de la orfandad trastoca el mundo adulto.


La escritora agrega una nota al final de la novela, donde expresa que su inspiración fueron las niñas del Internado Gertrudis Bocanegra del Lazo de la Vega, con las cuales creció; sin embargo, “[…] no se trata de un texto autobiográfico sino de ficción” (p. 301). En la revista Gatopardo (2018), Iker Olivares escribe una cita de Murillo: “[…] yo me fui reconciliando también con mi propio origen a través de la escritura”. Por lo que, su alter ego es el personaje Óscar, un amante de las palabras.


Recomiendo el libro El niño que fuimos porque Murillo plasma la belleza de estar rotos, cosidos y enteros a la misma vez. A lo largo de veintiún capítulos relaciona dos épocas de México: la década de los ochenta en México, donde los vínculos humanos eran más estrechos por la comunicación cara a cara; y la nuestra, es decir, la actual, donde las redes sociales son el factor para que cualquier tema sea colectivo.


Bibliografía:


Murillo, Alma Delia (2018). El niño que fuimos. México: Alfaguara.


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