Tarea Política: Primer semestre

PRIMER SEMESTRE

Los alcaldes y regidores cumplieron ya sus primeros seis meses en su cargos, los diputados locales siete y los diputados federales y senadores de la República ocho, tiempo suficiente para esperar que, los debutantes, ya hayan aprendido al menos de lo que tratan sus funciones y responsabilidades públicas, aunque los hay que terminarán sus periodos constitucionales sin haber sabido ni dónde estuvieron parados.

Quienes peor se han visto ante la ciudadanía son los muy inestables y veleidosos diputados locales de la Cuarta Transformación que llevan tres presidencias de gobierno interno al hilo y una decena de brincos de unas siglas partidistas a otras, todas adosadas al presidente de la República Andrés Manuel López Obrador. Los diputados locales morenos pastoreados por el diputado federal Mario Delegado Carrillo han sido actores principales de la mal planeada y peor manejada farsa de la reducción de los salarios y prestaciones de los integrantes de la LIX Legislatura Estatal.

En campaña se fueron por la vía populista de abaratarse ante los electores sin pensar que al final lo barato sale más caro. Cuando cobraron su primer quincena con los mismos conceptos y montos que los recibidos por sus antecesores inmediatos, se disparó en ellos el consumismo que lo llevó a compras compulsivas de ropa y calzado de marca y vehículos de lujo financiados, compromisos económicos que, para cubrirlos con puntualidad, los llevaron a olvidarse de sus promesas de cobrar el 50% de las dietas de los diputados que causaron baja el día último de septiembre de 2018.

Así como los legisladores locales de Morena, Vladimir Parra Barragán y Guillermo Toscano Reyes, han tendido un desempeño siempre obsequioso al gobernador del estado cuyas decisiones autoritarias respaldan hasta la ignominia valiéndoles madre el sentir de los ciudadanos como sucedió, por ejemplo, en la imposición del impresentable Nicolás Conteras Cortés en la Dirección General de la Comisión Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado Colima-Villa de Álvarez, y en los nombramientos de magistrados, otros, pocos por cierto, como Francisco Rodríguez García (PAN), Fernando Antero Valle (PAN) y Remedios Olivera Orozco (MC) han estado del lado de las sentidas causas de la gente. Estos tres políticos sí tendrán cara de presentarse de nuevo ante los electores en los comicios de 2019.

Si bien los diez alcaldes recibieron las administraciones municipales con nóminas recargadas, pasivos laborales y de todo tipo, sicarismo sindical y recursos insuficientes para atender las demandas de servicios de parte de la población, en términos generales, la mayoría de ellos ha ido sorteando la complicada situación, llevan la fiesta en paz a diferencia de quienes siguen dando tumbos en Manzanillo, Griselda Martínez; y Tecomán, Elías Lozano Ochoa. La primera ya renegó de MORENA y el segundo se rompió las peinetas con quienes lo llevaron a donde está. Ambos se la han pasado agarrados del chongo con los propios regidores que formaron parte de sus planillas de candidatos. Quizá por aquello de que para que la cuña apriete debe ser del mismo partido político de procedencia.

Sabiéndose desdeñada de las mujeres y despreciada de los hombres, la merecumbé porteña que nunca quiso ser presidente municipal de Manzanillo, huérfana de reconocimiento, cayó en las redes de quienes explotan esta necesidad de los funcionarios públicos de elección popular comprándoles con dinero de los manzanillenses un primer lugar nacional en integridad y un segundo en honestidad. Lo grave del caso es que terminó creyéndose su propia engañifa. Su colega tecomense que no da píe con bola no tarda en seguir este mal ejemplo.

Con sus insatisfactorios y muy conflictivos desempeños, Griselda Martínez y Elías Lozano Ochoa quemaron ya las plazas municipales de Manzanillo y Tecomán, respectivamente. Para ellos y el Partido Movimiento de Regeneración Nacional, su accidental incursión en esos gobiernos municipales les impondrá condiciones adversas en las elecciones de 2021. Si no se ponen las pilas a tiempo, la alternancia política en esos ayuntamientos en los próximos comicios será inevitable. Porteños y tecomenses, con la mala experiencia sufrida, serán más cautos cuando en dos años contraten a sus nuevos alcaldes y diputados locales . Se equivocaron una vez pero no lo harán una segunda.

EL ACABO

Los colimenses diputados federales, y quienes también gracias a la ola López Obradorista llegaron al paraíso en la tierra que es el Senado de la República, llevan ya ocho meses transitando por la ruta Colima-Cdemex-Colima trayendo la palabra del Señor, sus buenas nuevas, y llevándole , se supone, los proyectos de inversión para el desarrollo económico y social de la entidad. Ellos y ellas, a diferencia de los alcaldes y los diputados locales, están un poco fuera del ojo ciudadano y de la crítica periodística local. Ahora sí que se la llevan tranquila.