Del enamoramiento y otras ideas cuestionables
* Nilda Chiaraviglio, sexóloga y terapeuta familiar, destacó en la presentación de su trilogía de libros ‘La pareja no existe’ que el ser humano “no es controlable, cuanto más lo castras y limitas, menos tiene para dar”.
Los clásicos cuentos de princesas en los que la protagonista encuentra a su idílico príncipe azul, quienes se casan y viven felices para siempre, han ayudado a instaurar una expectativa irreal contra la cual palidece cualquier relación vivida en el mundo real: errores, defectos, diferencias y demás individualidades predisponen a la pareja a enfrentarse a un sinfín de obstáculos para alcanzar el tan anhelado —acaso imposible— final de cuento.
Nilda Chiaraviglio, reconocida sexóloga y terapeuta clínica familiar y de pareja, quiere cambiar ese paradigma y afirmar contundentemente que “la pareja no existe”. Sustenta su tesis una trilogía de libros de su autoría, compuesta por los títulos La pareja no existe, La pareja se destruye y La pareja se crea.
La también experta en diversidad sexual fue invitada al ITESO por el Centro de Acompañamiento y Estudios Juveniles (C-Juven) para compartir con la comunidad universitaria sus ideas al respecto, además de convivir en una dinámica de firma de libros.
Uno de los sellos del trabajo de Chiaraviglio es el rompimiento de la idea romántica de la pareja para reconstruir el concepto desde el pragmatismo. “El ser humano no es controlable, cuanto más lo castras y limitas, menos tiene para dar”, señaló ante más de 350 personas reunidas en el Auditorio M del campus.
Ideas ingeniosas, apuntes críticos, cuestionamientos profundos y una complicidad permanente del público, que reía, asentía y reflexionaba por igual, caracterizaron la ocasión. La trilogía es una tesis compleja en la que Nilda plantea cómo las ideas tradicionales de la pareja y del amor romántico implican una pérdida del ser para darse al otro, así como una expectativa de que la felicidad de uno depende del otro.
“La persona que comparte su vida conmigo no es mía. Por lo tanto, pedirle que me haga feliz es una estupidez porque no va a pasar. Porque tampoco yo voy a hacer feliz al otro”, afirmó.
La autora considera que este modelo romántico ha generado una serie de problemas modernos, como dejar a la mujer en un lugar inferior, sin cuerpo erótico, y al hombre frente a un ser que, por ser incorpóreo, es imposible de desear eróticamente (La pareja se crea); destaca la importancia de identificar a los enemigos más tóxicos de una relación de pareja para darle la vuelta al papel de víctima y construir acuerdos siendo conscientes de los deseos amorosos, eróticos y afectivos (La pareja se destruye), y sobre todo, reconocer que el vínculo entre una pareja no existe, sino que se construye paso a paso, cada día, eligiéndose (La pareja no existe).
Ante este panorama, la terapeuta apuntó que lo que permanece es una relación afectiva construida entre las partes. “Qué diferencia pensar ‘Es mi pareja’ a ‘Es mi relación de pareja’”, dijo.
Chiaraviglio preguntó al auditorio en qué momento estar enamorados se convirtió en un tóxico cuento de hadas, acotando que “terminar una relación o reavivar el fuego es descubrir el amor como energía desde una consciencia saludable”. Y es que, insistió, “uno elige cómo tener conexión y placer con la persona que ama.”
Durante una hora, Nilda tocó conceptos como corresponsabilidad, es decir, hacerse cargo de lo que a cada persona le corresponde dentro de una relación de pareja, pero no de lo que le corresponde al otro. Criticó el pensamiento mágico, las fantasías románticas que vende la cultura pop, la tendencia moderna de siempre culpar a alguien más de los propios males, e incluso la idea de la “inseguridad” que, dice, es una nueva forma de llamarle a la incertidumbre, presente en la vida de todas y todos.
Propuso, como respuesta a este modelo romántico, trabajar para lograr lo que llama “interindependencia”, es decir, relaciones donde las personas no pierdan su autonomía y donde a diario se elige estar, amar y trabajar, reconociendo las diferencias y haciendo acuerdos.
Con aplausos inició la sesión de preguntas del público, para luego dar paso a la firma de libros con la autora, que atendió a cada persona con calidez y cariño hasta que el lugar se vació. Nilda, complacida, dijo adiós —por ahora— a un campus que le encantó, y donde descubrió a un público que conecta con sus ideas de manera profunda
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