Elfie Semotan y su viaje de ida y vuelta. Cuando la fotografía se vuelve una cita, una historia…

Viena, Austria.- Hablar de Elfie Semontan. Pensar en fotografía. Definitivamente, no nos alcanzarían los libros de arte para describirla.

A través de sus míticas fotografías, Elfie nos invita a adentrarnos en mundos ajenos donde la moda y el retrato se vuelven capaces de contar historias inimaginables, como si cobraran vida.

En su nuevo trabajo, cual chamana, nos lleva a reimaginar la naturaleza. Iniciando con un viaje de Nueva York a Texas, de ida y vuelta, lo natural aparece distinto, a veces muerto, a veces despegando las alas. Desde una camioneta nos miran dos rostros muy mexicanos, contándonos una experiencia sujeta al desplazamiento en carretera, entre risas y miradas llenas de esperanza. Nos presenta también formas y estructuras gráficas que no se limitan a su aguda y bella composición, sino que logran transformarse en cosas simples, permitiéndonos ver, aunque sea por un momento, su alma.

En algunas de las fotografías que componen la serie Marfa, aparecen el desierto, las hojas secas y las nubes, elementos irrelevantes a nuestra cotidianidad hasta que, con sus juegos de líneas, se vuelven sorprendentes, llenas de una sensibilidad que nos convence de detenernos y mirar de nuevo. Estas imágenes no son un diario ni tampoco una documentación tradicional, son un juego de autoconocimiento, emoción y memoria.

Resulta sorprendente como el trabajo de Elfie Semotan nos lleva a descubrir el reverso de cada fotografía, donde se nos cuenta la historia y se nos hace evidente la cita. En un retrato, de las nubes blancas adentrándose por una camioneta, surge el rostro de la señora Sodano, y con ella, la vida dura de los mexicanos en Texas; la poesía de su existencia.

Como ya lo dijera en su película La Fotógrafa “el único momento de ser libre como fotográfa es cuando no ganas dinero, porque sólo ahí eres tú, sólo en esas condiciones aparecen tus mejores imágenes”, y en efecto, ahí donde aparentemente hubo poco, está todo, eso que hoy está presente en la Galería Gabriele Senn.