Una mirada profunda a la identidad chicana a través del arte y la resistencia
- Redacción
- 3 jun
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* El camino del Coyote, una historia de aquí y de allá. Documental fue presentado en la Casa Rafael Galván de la UAM
* Sus expresiones artísticas abarcan una amplia gama de formas, reflejan la identidad y experiencias de la comunidad
Jorge Daniel Filorio Pedraza
La Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), a través del centro de difusión académica y cultural Casa Rafael Galván, presentó el documental El camino del Coyote, una historia de aquí y de allá, una obra audiovisual que entrelaza la memoria, el arte y la identidad de la comunidad chicana en Estados Unidos.
En la proyección participaron Víctor Ochoa, muralista del Parque Chicano; Cindy Rocha y Alejandro Torres, de Proyecto Coyote; Germán Corrales, muralista, y Ricardo Flores, director del documental, quienes expusieron su experiencia e identidad chicana, explorando temas como la cultural, la historia, la lucha por los derechos civiles, la justicia social y la herencia mexicana.
Alejandro Torres afirmó que chicano significa ser un estadounidense de ascendencia mexicana, con una identidad cultural que refleja tanto la herencia mexicana como la influencia estadounidense, donde la cultura encarna la hibridez, la convivencia de dos saberes y la adaptación a un espacio fronterizo.
Señaló que Proyecto Coyote es una iniciativa que busca generar diálogos y nuevas perspectivas sobre la migración, involucrando a jóvenes de comunidades migratorias y activistas en espacios de aceptación, como ciudades santuario y barrios mexicanos en la frontera. “El proyecto utiliza el muralismo como herramienta para reflejar la historia local y la perspectiva migrante, creando un diálogo entre colectividades”.
Cindy Rocha, muralista e integrante del mismo proyecto, dijo sentirse orgullosa por su ética de trabajo, el compromiso con sus propósitos artísticos y su capacidad para procesar temas cargados de emociones.
Expresó que sus murales mostrados en el documental manifiestan los temas de la brutalidad de las fuerzas del orden, la discriminación racial y el sentimiento antiinmigrante, así como el dolor y la injusticia que sienten las víctimas de asesinatos por parte de la policía migratoria, de tal manera que cambia los corazones y las mentes.
Víctor Ochoa, maestro, artista, mentor, padre, activista y líder comunitario del Parque Chicano, explicó que ser un verdadero chicano implica una profunda conexión con la cultura mexicana y la historia de los mexicoamericanos, además de una tipificación con la identidad y el orgullo de serlo. “Este término surge como un símbolo de identidad y resistencia, principalmente en la lucha por los derechos civiles y culturales de los mexicano-estadounidenses en las décadas de 1960 y 1970”.
Ochoa refirió que existen incontables historias y fotos de la cultura chicana y de sus poblaciones, pero estas fallan en entender realmente el chicanismo. En “Parque chicano” el muralismo fortalece la identidad y el sentido de comunidad, al mismo tiempo que conecta a las generaciones presentes con la historia del movimiento.
Añadió que, si se transmite esta cultura de generación en generación a través de la familia y la congregación, el proceso permitirá la herencia de conocimientos, valores, costumbres, tradiciones, expresiones artísticas y otros aspectos que conforman la identidad, lo que fortalecerá su cultura.
“Es sustancial que haya una vinculación entre murales chicanos y grafitis como una forma de expresión artística y cultural que enriquezca la vida de las agrupaciones y se utilice como una herramienta para la comunicación, la identidad y la resistencia”, concluyó.
Germán Corrales, muralista chicano que enseña a infancias y juventudes sobre la cultura mexicana en escuelas estadounidenses, resaltó la importancia de compartir el legado, ya que ello puede fortalecer la comprensión intercultural y el sentido de identidad, tanto para estudiantes mexicanos como para aquellos de otras nacionalidades.
Puntualizó que, en algunas regiones de Estados Unidos, la cultura chicana es relevante para entender la experiencia mexicana y significativa para enseñar la historia y la contribución de la comunidad a la sociedad estadounidense.
El documental acentuó una reflexión, ya que es fundamental entender que el término “chicano” no se refiere solo a una identidad étnica, sino también a una cultura, una historia de resistencia y una lucha por la justicia social que se construye en la intersección de la cultura mexicana, la experiencia de la migración y la discriminación en el contexto estadounidense.
A la presentación asistieron grafiteros, hommies, migrantes cubanos y japoneses, chicanos y público en general, quienes coincidieron que “chicano” es un crisol cultural vibrante y complejo que merece ser reconocido y valorado.

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