Mejoran salud de adultos mayores con ejercicio y actividad física
*El Dr. Lenin Tlamatini Barajas presentó los resultados de una intervención que hizo con integrantes de la Asociación de Jubilados y Pensionados de la UdeC.
En su charla “Actividad física y estilo de vida saludables”, el Dr. Lenin Tlamatini Barajas Pineda, profesor e investigador de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Colima presentó los resultados de la intervención que durante cuatro meses realizó con jubilados y pensionados de esta casa de estudios
La intervención constó de actividades físicas como caminatas, cachibol, taller de flexibilidad y actividades acuáticas por lo menos 3 veces por semana, con una duración de 90 minutos cada una, durante 11 sesiones.
Entre los resultados de esta intervención, el doctor Lenin destacó que los parámetros que obtuvieron mejoría fueron los físicos, ya que los jubilados de la UdeC terminaron con mayor flexibilidad, mayor condición física al caminar y además redujeron el riesgo de caídas.
En la charla, impartida este miércoles en la Casa del Jubilado y Pensionado de la UdeC, Lenin presentó la diferencia entre actividad y ejercicio físico. La primera, dijo, está relacionada con cualquier actividad que supere el gasto energético basal, como por ejemplo bailar y los quehaceres domésticos. La segunda es aquella que, además de generar un gasto energético, tiene un objetivo programado por ejemplo el yoga o ejercicios de flexibilidad o de levantamiento de peso con asesoría de un profesional.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, comentó Lenin Tlamatini, las recomendaciones para adultos mayores son realizar actividad física aeróbica de intensidad moderada al menos 150 y 300 minutos por semana o bien, actividad física aeróbica de intensidad vigorosa al menos 75 y 150 minutos por semana; “es mejor hacer poco que nada”.
Un tema importante que tocó el doctor Lenin fue cómo poder definir la intensidad de la frecuencia cardiaca, sobre todo para hacer ejercicio moderado o vigoroso sin afectar la salud del organismo. Para ello dio una fórmula: restarle a 220 la edad de la persona. Ese número determina la frecuencia cardiaca máxima del corazón. Si se llega a este número, advirtió, “lo más recomendable es empezar a bajar nuestras pulsaciones”.
Además, para determinar si la actividad que se está realizando es moderada o vigorosa, basta con multiplicar el resultado de la fórmula anterior por 0.6 y el resultado sería para una actividad moderada. Para saber si la actividad es vigorosa, nada más hay que multiplicar ese mismo número por 0.8; “lo ideal, sin embargo, es mantenerse entre estos dos resultados. Para conocer si estamos entre esos números lo ideal es palparse, es decir, detener la actividad y contar los latidos durante un minuto”.
Por último, dijo, es importante que se realicen estas acciones porque generalmente las investigaciones se quedan en papel; “es un acierto muy grande el que la divulgación científica baje a la población interesada en la actividad física para que su conocimiento no sólo sea teórico sino real; así, ellos podrán verificar los efectos positivos que dicha actividad trajo a su salud y con ello tomar mejores decisiones acompañados de educadores físicos”.
Esta charla se realizó como parte de los cuarenta años de investigación científica en la Universidad de Colima, su impacto en el conocimiento universal, en la formación de comunidad científica y en la pertinencia para la transformación social. Es parte también del ciclo de charlas: “Mi vida con la ciencia”.
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